emeryQue triste es vivir en un sin vivir. Desear la victoria de tu equipo al tiempo que la del contrario. La desesperación de quien por razones de fuerza mayor va con el enemigo de siempre y comprueba que éste flaquea como nunca. Elegir entre el enemigo menos enemigo para aliarte contra el otro y acabar siendo el perrito faldero del primero, mientras equivocas el mordisco y le laceras el tobillo. Ser del Valencia CF y comprobar, que para una vez que juegas bien, lo haces contra el Madrid y no contra el Barça. Acercar al enemigo más enemigo a la conquista de la liga, mientras renaces de las cenizas justo el día en que te tendrías que haber quedado donde estabas. Espolearte las pulgas y revivir, para seguramente la semana que viene, volver al pozo de la derrota ante un equipo con menos presupuesto, jugadores y técnico.

Mirar a los ojos del entrenador y ver la derrota en su mirada. Errar al decidir escribir un libro y volverlo a hacer al titularlo. Equivocar el momento, el club y las formas hasta hundirse en el fango y resucitar en el ocaso de tu tiempo para limpiar una imagen ruinosa. Querer ser tercero, aceptarlo y venderlo como un triunfo y después estar a punto de perderlo ante el vecino de siempre. Llorar, aparecer como víctima sufrida y en realidad no tener sangre ni para pegar un grito a más de un subordinado. Soñar toda la vida con un club como éste y acabar siendo pitado por una afición hastiada de derrotismos y análisis de partidos que no vieron.

Es el sino del Valencianismo. De mi Valencianismo. Ni contigo ni sin ti. Y tal vez todo lo contrario.

2 Comentarios:

    La negación de la victoria en el momento menos indicado, respirando al otro lado del charco, no dejo de asombrarme frente a la actitud mostrada por el Valencia frente al Madrid, pareció como si un haz de luz hubiera iluminado súbitamente las virtudes del cuadro que seguramente extrañan. ¿Podríamos hablar de incentivos?

    No lo creo. Más bien la necesidad de verse relegados a la cuarta plaza y la amenaza a quedar fuera de la champions en una hipotética derrota en Verano fueron suficientes estímulos para que se espolearan la vagancia y el derrotismo...

Publicar un comentario