Líbreme Dios de aparecer aquí como alguien dispuesto a defender a los Pujol, pero es que uno no puede más que poner negro sobre blanco lo que a su parecer  es una distorsión caciquista de la realidad. Una distorsión de la que suelen aprovecharse en su mayor parte los medios de comunicación sensacionalistas como el 20 minutos, capaces de publicar en grandes letras que "Oleguer Pujol golpea a una reportera al salir de casa", como si el mismísimo hijo independentista del hasta hace poco sacro santo movimiento Catalanista se hubiese bajado del coche, encarado con la reportera, y metido dos 'yoyas' en toda la boca. Lo adjuntan con un vídeo que en teoría demuestra la mala saña del 'hijísimo', y en el que tan solo se oye un 'clok' bajo, casi inaudible, que tienen que repetir en varias ocasiones para que sea apreciable al oído.

Y uno mirando las imágenes, viendo cómo el hijo de Pujol intenta hacer la maniobra para salir del garaje de su casa marcha atrás, y cómo la reportera se aposta en su ventanilla, cámara al hombro, sin siquiera entender que el coche está en movimiento, su conductor pendiente de los laterales, el culo y el morro de su vehículo, tiene la sensación de que puede que la reportera buscara unas imágenes sí, pero también pareciere que buscase el golpe para tener una noticia también sensacionalista y además seguramente aprovechable por el corporativismo vomitivo del que hace gala el periodismo de hoy en día.

Yo, personalemente, creo que en estas ocasiones habría que denunciar al denunciante y además a los palmeros que tras él se apostan reclamando no se sabe muy bien qué. ¿Quieren una causa por la que la política en este país se encuentra tan emponzoñada? Pues tienen en este tipo de periodismo a una de ellas. Por supuesto que también están la corrupción y la mentira, pero si se adereza con periodismo basura el resultado que sale es lo que hoy en día nos tragamos en este puto país de mierda.
Hay días en los que uno no sabe si echarse a llorar o a reír. Días, en los que uno hubiese querido ser el espejo en el que miles de picapleitos se miran por la mañana, para alcanzar a contemplar la cara de paletos que se les quedaba cuando se desayunan con que Marruecos ha confirmado aquello del petróleo Canario...pero en sus aguas jurisdiccionales. ¿Que a cuanto queda eso de Canarias? Unos 200km. Es más, los Marroquíes ya tienen incluso un pozo petrolífero llamado, agárrense los machos, Sidi Ifni Musa-1. Lo del '1' ya saben, se debe a que seguramente en un futuro cercano esperan tener un '2', '3', '4'...etc. etc. etc.

En días como el de hoy, un servidor aplaude. Celebra que ya que los Canarios, o al menos sus representantes y todas esas asociaciones civiles que aparentemente cuentan con tanto apoyo ciudadano, han decidido renunciar a los beneficios que podría reportar el petróleo, al menos se lo lleve crudo (nunca mejor dicho) el vecino toca-pelotas de siempre. Ese que desde hace cuarenta años nos putea por activa y por pasiva. Y lo que es mejor señores, tanta mierda con que no queremos el petróleo, y ahora se lo van a tener que comer con patatas sin que deje un solo puesto de trabajo en las islas. Curioso que esas islas, que con tanto fervor han luchado contra la extracción del petróleo, tengan un trenta y tantos por ciento de paro...

Por impuestos también salen perdiendo. Es curioso, y permítanme repetir el adjetivo, que una Autonomía como la Canaria, dependiente del estado en casi todo, no haya querido ayudar a su mantenimiento presupuestario con la extracción del petróleo.

Así las cosas, a Canarias siempre le quedará el turismo. Vivir de ser camareros, cocineros y gobernantas de Hotel, conductores de autobús, repartidores y demás oficios (yo soy camionero oigan y hablo con sapiencia de esto), que ni necesitan formación ni levantan el I-D de una región. Empleos basura los llaman.

Casi que me alegro oigan. ¿No quieren petróleo? Pues nada hombre, no lo tengamos. Que lo explote el chico de al lado que otra cosa no se si será, pero toca-pelotas lo es un rato. Y ahora, cuando levanten las vista y sobre el horizonte vean difuminada la silueta de la torre del pozo petrolífero Sidi Ifni Musa-1 con una bandera marroquí ondeando al viento, dense la vuelta hacia los populistas de sus políticos y denles las gracias.

Son unos verdaderos campeones. Felicidades.
Évole ha ido sobre seguro al invitar al señor Junqueras a una casa andaluza. Le ha puesto en bandeja al independentista el poder defenderse de las cuestiones que se le preguntasen haciendo gala de la parsimonia insultante que caracteriza a quienes, ya estando frente a la disyuntiva de la ruptura, para nada necesitan de enervos, sabiendo como saben que su decisión se hará realidad con o sin ley que la ampare. No es normal que se alabe un programa que pone frente a cuatro incultos, a un tipo versado en las batallas dialécticas de un Parlament Català que, de otras cosas no se si debatirá, pero de la independencia de Cataluña, sus motivos o la historia inventada que la rodea, escribe ríos de tinta a diario desde hace treinta años.
Foto de la golosina de Évole para Junqueras sacada del diario El País
Ha sido un traje a medida. Una golosina que Oriol ha aceptado de buena gana. Otra cosa hubiese sido que lo mandasen a casa de un Valenciano, seguramente más puesto en historia y capaz de rebatir las milongas del País Calatá que nunca existió y su pretensión de anexión de Valencia y Baleares. También, capaz de contrarrestar los cantos de sirena referentes a una unión idiomática entre Valencianos, Baleares y Catalanes, tan sólo capaz de fructificar en las hilarantes mentes de unos filofascistas, disfrazados de nacionalistas moderados, que desde hace treinta años controlan los libros de texto con los que se alecciona a cuanta generación de descendientes se preste a ser adoctrinada con la bendición de populares y socialistas. 

Aquí tendría que haber invitado Évole al señor Junqueras...aquí.
Hoy me desayuno con un nuevo término peyorativo, "social-liberalismo", destinado a quienes no comulgan con la visión que tienen algunos en el seno socialista, ya no del modelo territorial en que vivimos, cosa que comparto, sino del propio modelo de estado, y más aún, de la propia definición de socialismo. Sorprendentemente, más allá de indignarme he de reconocer que coincido en la mayoría de las cuestiones que esta mujer plantea. Aunque no en el cómo las resuelve claro.
Ana Barba, Primera secretaria de Alternativa Socialista,
co-responsable de las áreas de Mujer, Medio Ambiente y Ciencia.
Ella exige una república. Yo lo secundo. Así es, yo siempre fui más Juancarlista que monárquico. Pero si bien ella va en el camino de una república fereral, yo en cambio abogo más por una república a la francesa, centralizada, que otorgue al gobierno votado por todos los Españoles de todo el poder constitucional para exigir que todos y cada uno de los ciudadanos sea igual sin posibilidad de discriminación en cualquier rincón de España.

Es una diferencia ésta sustancial que ella no aborda. Pide poder votar una república ignorando que tal vez ahora quienes votaran no sólo quisieran hacerlo sobre el techo del poder, la forma de estado, sino también sobre los escalones intermedios, las autonomías. No es lo mismo una república a la Americana que una a la Francesa. Y sobre eso, y los sobre-costes que el autonomismo tiene sobre los bolsillos de los ciudadanos, también habría que decir algo. 

Pero claro, hay políticos que hacen de la nomenglatura misma un discurso, olvidando que el nombre no es la solución, y sí su forma. Y ataca así el periodo constituyente de nuestro país, olvidando que si bien es cierto que ninguna Constitución debe ser inamovible, también lo debe ser que su modificación eswté garantizada por un amplio consenso.

Hoy Ana Barba se luce en el diario Público. Y lo hace repartiendo a diestro y siniestro, como si fuese una infiltrada de Podemos en el partido Socialista, arremetiendo contra lo que sus propios compañeros deciden ser en votación democrática y acuñando nuevas etiquetas que acompañen al tan mentado neo-liberalismo tradicional de la derecha.

Yo soy partidario de un cambio. Pero se que vivo en una democracia y por eso acepto lo que los demás han decidido votar. Me hace eso menos demócrata que a los demás. Yo creo que no, entre otras cosas porque estando en desacuerdo con la forma de estado, no gasto mis energías enervando a mis conciudadanos para que sientan asco del país en el que viven.

Se lo deberían mirar en el partido socialista. Una cosa es estar en desacuerdo con la políticas de un gobierno democrático, y otra cargar contra el pasado inmediato de toda una nación en un intento de destruir cualquier legitimación democrática que pudieran tener las últimas elecciones legislativas.
París y Berlín, o lo que es lo mismo, Francia y Alemania, han dado un paso más en la inevitable cohesión Europea al anunciar, que de hoy en adelante, sus embajadas podrán representarse mutuamente en algunas cuestiones de carácter internacional cuyo interés mutuo quede acreditado. Eso, que pudiera parecer nimio, es a mi entender un paso de gigante de integración política que va más allá de lo que pudiera representar una unión bancaria europea al uso, como la que desde hace unos años se demanda desde los sectores más críticos a los recortes de gobiernos y administraciones, ya que si bien ésta última trataría tan solo problemas económicos, la decisión de los gobiernos Francés y Alemán camina en la verdadera dirección de una unión política europea real y efectiva.

Una unión política europea atajaría eficazmente problemas como el Catalán, cuya ciudadanía, puesta ante la disyuntiva de ser europea o catalana, debería repensarse aquello de ser diferente para todo y quedar fuera de una Unión Eropea, dentro de cuyas fronteras serían absurdos los nacionalismos ya que serían cosa de pasado, o admitir que el tiempo de la diferenciación absurda e inventada ha terminado.

Por mi, yo preferiría que persistieran en su obcecación. Nunca me gustaron los que sólo buscaron diferencias para permitirse poder mirarte por encima del hombro. Y en eso, los Catalanes, son los maestros del mundo mundial.
Lo que le ha pasado a Podemos en Llaurí con su representante es normal. Nadie debiera aceptar apoyar a otro por un discurso bonito predicado en el momento preciso. Y menos aceptar que cualquiera que se presente como candidato a representante es válido sin siquiera conocerlo. Es verdad que el oscurantismo que caracteriza a los partidos tradicionales puede y debe provocar rechazo en quienes creemos en una democracia directa, pero también lo es que ese mismo encorsetamiento al que se someten ellos mismos puede protegerlos de espectáculos ridículos como el que la formación de Pablo Iglesias ha protagonizado en Llaurí.

Tiene razón el equipo actual de Podemos cuando se niega a que en la ejecutiva aparezcan miembros designados por sorteo. La misma elección de los simpatizantes de Llaurí anula una de las pretensiones estrella de los partidarios de Echenique.
Dicen, y creo que es cierto, que el mundo cibernauta se ha venido a convertir, con la aparición de las redes sociales, en una especie de 4Chan gigantesco que imposibilita el acceso a la información veraz y de calidad que tantas veces pedimos y defendemos. Internet en sí mismo se ha convertido en un viral omnipresente que logra emponzoñar a golpe de hagstag cualquier intento de razonamiento objetivo. Cualquier dato relevante que pueda aparecer en el espectro informativo capaz de truncar la verdad universal del publico que en ese momento habla del tema a través de las redes sociales, tenderá a caer en el olvido de inmediato, o en su caso, será ninguneado con insultos y aspavientos hacia quien inocentemente crea necesaria su difusión.

Algo así, a mi modesto entender, pasa con el terremoto informativo que desde ayer ha desatado el contagio por ébola de una de las enfermeras que asistieron al último de los misioneros, que con la connivencia de todos y cada uno de los partidos políticos en su momento, fueron repatriados a España para que pudieran morir en casa. Y digo que algo así pasa porque entre toda la información, demagogias y peticiones de dimisión que se leen por las redes sociales y los medios de comunicación, se obvia uno de los datos a mi entender más importantes del caso en cuestión; la señora estuvo seis días con fiebre deambulando por Madrid y los médicos a los que acudió para que le hicieran la prueba del ébola se negaron a hacérsela porque no llegaba a los 38'5ºC.

Ese dato es objetivo. Pasó. Si la verdad es ésta...¿Porqué pedir la dimisión de la ministra y no la de los médicos que se negaron a hacerle la prueba? Hay que recordar que estamos ante un virus de alta tasa de mortalidad, introducido en España en virtud de un cálculo electoralista de todos los partidos y del que a mi parecer son culpables de favorecer su propagación los médicos que se negaron a hacerle la prueba a la enfermera, aún sabiendo que había estado en contacto con dicha enfermedad.

¿Que por decir esto ya estoy desautorizado porque soy un derechoso del pp? Bueno, en su conciencia queda eso de criminalizar a quien les conviene, en vez de sopesar cuánta culpa pueda tener una mujer, sentada en el sillon del ministerio, cuando los que trabajan por debajo de ella juegan tan alegremente  al 'sorpresa sorpresa' con la salud de los ciudadanos entre manifestación y manifestación de mareas blancas...