Dicen, y creo que es cierto, que el mundo cibernauta se ha venido a convertir, con la aparición de las redes sociales, en una especie de 4Chan gigantesco que imposibilita el acceso a la información veraz y de calidad que tantas veces pedimos y defendemos. Internet en sí mismo se ha convertido en un viral omnipresente que logra emponzoñar a golpe de hagstag cualquier intento de razonamiento objetivo. Cualquier dato relevante que pueda aparecer en el espectro informativo capaz de truncar la verdad universal del publico que en ese momento habla del tema a través de las redes sociales, tenderá a caer en el olvido de inmediato, o en su caso, será ninguneado con insultos y aspavientos hacia quien inocentemente crea necesaria su difusión.

Algo así, a mi modesto entender, pasa con el terremoto informativo que desde ayer ha desatado el contagio por ébola de una de las enfermeras que asistieron al último de los misioneros, que con la connivencia de todos y cada uno de los partidos políticos en su momento, fueron repatriados a España para que pudieran morir en casa. Y digo que algo así pasa porque entre toda la información, demagogias y peticiones de dimisión que se leen por las redes sociales y los medios de comunicación, se obvia uno de los datos a mi entender más importantes del caso en cuestión; la señora estuvo seis días con fiebre deambulando por Madrid y los médicos a los que acudió para que le hicieran la prueba del ébola se negaron a hacérsela porque no llegaba a los 38'5ºC.

Ese dato es objetivo. Pasó. Si la verdad es ésta...¿Porqué pedir la dimisión de la ministra y no la de los médicos que se negaron a hacerle la prueba? Hay que recordar que estamos ante un virus de alta tasa de mortalidad, introducido en España en virtud de un cálculo electoralista de todos los partidos y del que a mi parecer son culpables de favorecer su propagación los médicos que se negaron a hacerle la prueba a la enfermera, aún sabiendo que había estado en contacto con dicha enfermedad.

¿Que por decir esto ya estoy desautorizado porque soy un derechoso del pp? Bueno, en su conciencia queda eso de criminalizar a quien les conviene, en vez de sopesar cuánta culpa pueda tener una mujer, sentada en el sillon del ministerio, cuando los que trabajan por debajo de ella juegan tan alegremente  al 'sorpresa sorpresa' con la salud de los ciudadanos entre manifestación y manifestación de mareas blancas...

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