periodistaMe irrita profundamente el “y tu más” que absorbe todo tipo de debate en este país. Esa miseria convertida en “advertencia para despistados” que alerta sobre las maldades del contrario. La insultante facilidad de algunos para denunciar pajas sin ver vigas. El pérfido sentido de “contigo peor” que impide cualquier disertación sosegada de los problemas que nos acucian a diario.

Basta con ver las valoraciones opinativas de todo Dios que se presta a tal acción, incluido quien aquí escribe, para darse cuenta de que dichas lecturas son, en el mejor de los casos, prescindibles, funestas y deplorables.

Si tuviera que dar un consejo a quienes leyeran este post, sin duda  me decantaría por el siguiente:

Eliminen de sus lecturas diarias todas las que tengan un sesgo partidista claramente marcado. Después descarten las que sin pedir un voto en particular, pretendan erigirse en guías del suyo. Supriman, en definitiva, todo aquello que en lugar de información les venda opinión.

Solo así aprenderán a informarse y a tener criterio propio. Solo así serán libres de verdad. Y de paso ayudarán al periodismo a reencontrarse con la senda que nunca debieron abandonar; la de la información.

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