Cada día que pasa uno tiene más claro que si quiere mantenerse informado debe evitar a toda costa cualquier medio de comunicación. Ha llegado a tal punto la desfachatez periodística, que hasta el más pintado de los susodichos se revuelven indignados ante la sola mención de su particular sectarismo. Y es que cada día que pasa está más claro que la profesión de periodista ha tocado fondo. Ya no basta con informar. Ahora hay que tergiversar, escribir con titulares y conformar todo un conglomerado de 'hechos' que den base a una supuesta confabulación para esconder la verdad. Y lo curioso es que a este juego se le da bola desde ambos lados del espectro político-periodístico. Da igual que busquen en El Mundo, El País, La Razón, La Ser, Onda Cero, Antena Tres, Cuatro o cualquiera de las demás, más reaccionarias si cabe que les mentadas.

Hoy en día es más fiable guiarse por agencias de noticias. También recordar que en ellas aparecen políticos que hacen declaraciones, que son otro segmento poblacional empeñado en tergiversar, mentir y confabular para recabar apoyo ciudadano. Y por supuesto, cabe no olvidar que dichas agencias de noticias están compuestas por más periodistas.

Al periodismo lo ha hundido Twitter y el resto de Redes Sociales. Han sucumbido a la gloria de saberse reconocidos por desconocidos al instante. Por las mieles de los agasajos constantes de fieles seguidores, que no esperan de ellos más que el espaldarazo habitual a sus caprichosas entendederas. Han cambiado el informar por venderse como defensores de su verdad, la única verdad posible. A poco que miren ustedes en la red aparecen de estos a patadas.



Hoy @AngelCalleja me lo ha dejado, si cabe, más claro de lo que lo tenía.

0 Comentarios:

Publicar un comentario