ElMosquitero

Es curioso ver como explotan de alegría centenares de personas frente a un televisor en el que se anuncia un número ganador. Es agradable sentirse uno mismo satisfecho con la buena suerte de otros. Saberse capaz de sentir alegría por la buena ventura, por el destino, por la buena suerte de otros, que lejos de ser conocidos, no son más que otra simple imagen en otra televisión, esta vez la propia, que sonríen risueños ante la dulce perspectiva monetaria que les espera.

Curioso también es ver cómo ahora ya casi ninguno, por no decir que ninguno en absoluto, se siente tentado a mentar esa sentencia, que antes todos dictaban a golpe de trago de cava, que decía “voy a dejar el trabajo”. Supongo, y creo que será ésa la realidad que nos rodea, que antes los millones eran de verdad millones, mientras que ahora, los millones, esos mismos millones, no son más que simples parches con los que sanear nuestra precaria situación económica. Tal vez, y solo tal vez, esto sea debido a una reflexión que he escuchado esta tarde en Onda Cero de boca del venerable Paco Maruenda, “a tenor del precio de las hipotecas de hace dos años, todos, absolutamente todos, éramos ricos…” (conste que la cita no es literal y que la escribo de memoria). Se ve que ahora en plena crisis, todos, absolutamente todos, somos pobres.

Curioso también que haya ya un estudio que diga, a tenor de la reflexión anterior, que los jóvenes actuales necesitarían un sueldo base de 2600€ mensuales para poder adquirir una vivienda. Yo no se ustedes, pero ya les digo que servidor no ha ganado esa cifra nunca, ni cuando se pasaba toda la semana durmiendo en la cabina del camión, y no es que me comprara el piso, no, es que además me dio para casarme y todo…Se ve que es que servidor siempre ha sido de los del puño agarrao…es lo que tiene.

Pero es que España va fatal. Y si no que se lo cuenten a los de Caritas, que ayer daban la voz de alarma a golpe de estadística con aquello de que han batido un triste record, el de familias auxiliadas por su parte. Es más, ya advierten que no pueden ayudar a muchos más y ponen una tilde en la zona del estudio en el que cuentan que “…Caritas realiza una ingente labor de contención, una afirmación que viene avalada por el dato de que el 52% de las personas atendidas por la institución vienen derivadas de los servicios sociales públicos…”. Sin duda alguna, algo alarmante.

Eso sí, creo que para nuestros queridos políticos lo más alarmante de todo no será ni el paro, ni la cantidad de personas que ya dependen de la beneficencia para salir adelante, ni si se intentan comprar décimos premiados o no, lo importante será que ya el 16’6 de los Españoles ven en los políticos el tercer problema de todos. A éstos solo los ganan el paro, con un 78% y los problemas económicos, con un 45’9"%, que se deben sumar a ese 60’6% de encuestados que tienen una mala o muy mala percepción de la situación política en estos momentos.

Y por eso el título del post.

Son estas las cosas de la vida. Los más detestados por la sociedad, los que solo son capaces de vivir de ella cual chupópteros virianos, son los que tienen el jornal asegurado. Los que nunca pasarán por la beneficencia de Caritas. Los que desde luego, nunca serán capaces de sentir esa inmensa alegría que nos embarga, tanto a quienes les tocan los cinco mil míseros euros de un quinto premio del Gordo de Navidad, como a los que risueños los observamos a golpe de telediario compartiendo, nosotros sí que de corazón, esa inmensa alegría reflejada en sus rostros.

Son las cosas de la vida, ni más ni menos.