Hace ya mucho tiempo que servidor de ustedes aceptó aquello de que en España, y en el mundo democratizado en general, no existen ya ni las izquierdas ni las derechas. Muchos, cuando escuchan esta frase, se hinchan como palomos y despotrican contra el que la enarbola como bandera de su propia concepción del mundo político que lo rodea. Otros, los menos, asienten mientras comprueban cómo los ciudadanos reaccionan ante las decisiones de sus políticos y toman partido por unos o por otros en base a simples sentimientos heredados, convicciones anquilosadas en el pasado, o nebulosas ideas románticas convertidas en fundamentos sagrados de una ideología que ya no existe.
En cambio, lo que sí podríamos asegurar que existe sin temor alguno a equivocarnos, son dos tipos (
tres en el caso Español) de ciudadanos que configuran sus querencias políticas en función de sus afinidades personales:
- El que cuando tiene un problema culpa al estado.
- El que cuando tiene ese mismo problema trabaja para solucionarlo por sus propios medios.
- Y el tercero en discordia y que convive con los dos y con más poder que ellos, que es el que cuando se enfrenta a un problema, culpa irremisiblemente a la idea de España en sí misma (Olvidaremos al tercero en discordia puesto que nada tiene que ver éste con el fin del propio post).
Siempre se ha dicho que simplificar es el camino más rápido hacia el error, la falta de respeto o la pérdida de razón que existe en el mundo. Pero qué quieren que les diga, también multitud de operaciones matemáticas necesitan de una serie de simplificaciones, a fin de que puedan ser resueltas, y nadie dice en ese caso que éstas sean erróneas, falsas o diabólicas.
En fin, a lo que íbamos, el caso es que observando las reacciones de los dos grupos, sí que podríamos aventurarnos a adivinar cual es la afinidad política del sujeto en cuestión. Por ejemplo, alguien que vive en la seguridad, errónea o no, de que los banqueros son unos seres diabólicos sin corazón, estaría más cerca de las ideas llamadas de izquierdas que otro que simplemente viera a ese banquero como alguien que eligió una forma diferente a la de él mismo de ganarse la vida.
Podríamos adivinar, casi sin temor alguno a un porcentaje alto de errores, la tendencia política de la mayoría de los Españoles tan solo con una encuesta que hiciese preguntas sencillas con respuestas sencillas y que pretendieran arreglar el mundo con ideas y deberes que se deberían incluir en el sino de la propia sociedad.
Quienes vieran culpables por todos lados y no repararan ni una sola vez en los errores propios que propiciaron la crisis estarían en un bando. Quienes se preguntaran hasta qué punto fueron ellos tan culpables como los banqueros el día que fueron a firmar sus hipotecas estarían en el otro.
Y es ahí donde están las ideologías que realmente existen en España. La que cree que siempre la culpa ha de ser de los ricos. Y la que por el contrario piensa que tal vez algo de malo hayan hecho también los pobres para vivir con hipotecas de 1200€ mensuales. Así que no, no hay derechas ni izquierdas, sino buscadores de culpables y simples ciudadanos conocedores de su parte de culpa en esta crisis.
Lo demás son solo juegos trileros para mantener ocupada a la plebe en tonterías que perpetúan en el poder siempre a los mismos.
La culpa no tiene padres... ¿te sientes tu culpable?... yo no... pero estoy pagando, como todos.
En pleno crecimiento de la burbuja, unos cinco o seis años atrás, decía mi peluquero "esto no va bien, ¡si hasta los peluqueros nos atrevemos a especular en Bolsa y en propiedades inmobiliarias!".
Saludos.
Logio no es tanto si nos sentimos culpables como que algunos los buscan sin descanso.
Ahí comienza la raíz de mi razonamiento Bloggerbeni.
Cierto es que los que por una u otra razón no participaron en la orgía e incluso aquellos que alzaron la voz pidiendo organización (como en el chiste)o simplemente por que aun eran demasiado jóvenes, a todos ellos les toca pagar los excesos de los cortos de mira y a los chupocteros de entonces que son los de ahora. Y no es justo, y aunque el gusano piensa que no es justo que se lo coma el pájaro,creo que casi siempre hay culpables o al menos responsabilidades exigibles y por salud social y demócrata se ha de intentar encontrarlos.
En una dictadura es muy fácil encontrar al culpable, pero en una democracia estos se esconden como el elefante en la Puerta del Sol (otro chiste).
Un saludo.
@bloggerBeni cierto, pero no creo que buscarlo por medio de la deslegitimación de la propia democracia sea el camino acertado. Y es ese el camino elegido por los que ahora buscan culpables.