Hay ocasiones en las que uno no es consciente del tiempo que vive. Veces en las que la realidad, o el cambio, le pasan a uno desapercibidos a causa de la trepidante velocidad con las que ocurren las cosas. Todas las cosas. No creo que esta sensación mía sea sólo culpa de las redes sociales. La incipiente calvicie que me amenaza es también un claro marcador del tiempo que he vivido. Un testigo impertinente que declara a los cuatro vientos que ya no soy un mozalbete. Y esa edad que subyace tras la caída de mi pelo impone en mi forma de ver el mundo un sosiego que se convierte en un lastre que me ancla a la lentitud que el día a día niega. Vivo infinitamente más rápido que mis padres, pero percibo que me vuelvo lento cuando me comparo con el mundo de ahora.

Hay veces en las que uno se encuentra noticias por ahí que creyó que nunca leería. Situaciones que nunca pensó que llegaría a ver. Avances y modernizaciones que uno nunca creyó que llegaría a contemplar y que convierten una noticia del montón en una clara señal de avance en la humanidad que dista mucho de ser enaltecido por quienes se dedican a informar. Lo del Papa Francisco y la pareja casada por lo civil que han llevado a su hijo a bautizar son la causa de mi reflexión.

Si lo piensan detenidamente, si se dejan de prejuicios y ven el mundo tal cual lo debería ver alguien que ha sido llamado por Dios para la meditación, el acto que ha realizado el papa es extraordinario. Una institución tan monstruosamente gigantesca y anclada en el pasado ha sido capaz de cambiar miles de dogmas con la sola llegada de un papa. Y esos hombres que son capaces de hacer semejantes gestas como si tal cosa, son los que acaban siendo llamados a perdurar en la retina de quienes coincidieron con ellos en vida. Son los que dan forma al avance de la humanidad. Con o sin religión, el que facilita la vida de las personas, es mil veces más útil al ser humano que quien se limita a consentirla.

Para muchos de ustedes esta noticia no pasará de ser una anécdota. Para mi no. Me hace reflexionar sobre las cosas que damos por sobre entendidas. Esas que nos parecen inamovibles. Las que damos por sentado que perdurarán hasta el fin de los tiempos. A mi entender la religión católica tiene todos los mimbres necesarios para existir hasta la llegada del fin del mundo. Solo le quedaba una tarea que hacer y que el papa ha comenzado; modernizarse. Y eso es algo que nunca creí que llegarían a contemplar estos ojitos míos...

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