Los bomberos que se turnaban entre vómitos y diarreas radiológicas para subir al mítico tejado de Chernóbyl, donde había más de 40.000 roentgens/hora, para apagar desde allí los incendios (la radiación ambiental normal son unos 20 microrroentgens/hora). Los pilotos que detenían sus helicópteros justo encima del reactor abierto y refulgente para vaciar sobre él los buckets de arena y arcilla con plomo y boro. Los técnicos y soldados que corrían a toda velocidad por las galerías devastadas cantándose a gritos las lecturas de los contadores Geiger y los cronómetros para romper paredes, restablecer conexiones y bloquear canalizaciones en turnos de cuarenta o sesenta segundos alrededor de la sala de turbinas (20.000 roentgens/hora). Los mineros e ingenieros que trabajaban en túneles subterráneos, inundándose constantemente con agua de siniestro brillo azul, para instalar las tuberías de un cambiador de calor que le robase algo de temperatura al núcleo fundido y radiante a escasos metros de distancia. Los miles de trabajadores y arquitectos que levantaban el sarcófago a su alrededor, retiraban del entorno los escombros furiosamente radioactivos y evacuaban a la población. Salvo a los soldados, sometidos a disciplina militar, a nadie se le prohibía coger el petate e irse si no quería seguir allí; casi nadie lo hizo. Es más: muchos de ellos llegaron como voluntarios desde toda la URSS, especialmente muchos estudiantes y posgraduados de las facultades de física e ingeniería nuclear. Esta fue la clase de hombres y no pocas mujeres que algunos creen o quieren creer una turba ignorante y patética. Esto fueron los liquidadores.

Es solo un extracto de un fantástico artículo escrito por Yuri Gagarin.

Sencillamente, si ustedes se preguntan cuando un post suyo merece el alago halago de otros y la referencia de muchos, deberán fijarse en el trabajo y esmero que este señor ha puesto en la redacción del artículo.

Este es solo un post que únicamente pretende agradecer el esfuerzo de un bloguer por contar bien algo que cree importante. Yo ya lo hice hace un tiempo, pero ni de lejos me acerco a igualar el mimo y la dedicación de Yuri con el suyo.

Pd:

El blog de Yuri, para que sepan a qué me refiero con este último comentario, ocupa en estos momentos la posición 4153 del Top Bitácoras. Éste que servidor escribe la 163. Como comprobarán si se dan una vuelta por allí, la diferencia entre él y servidor de ustedes es abismal. Sin duda alguna, si tubiese que elegir entre leer ese blog o el propio, me quedaría seguro con el de Yuri. Por trabajo, documentación, cariño y buen hacer.

Y escribo este post también para que vean que hay miles de increíbles blogs, que no pertenecen a la blogocosa, que sí merecen la pena por su trabajo, que no por su nombre. Para que olviden para siempre sus rankings y Tops y vuelvan a la trabajosa tarea de elaborar unos posts dignos.

2 Comentarios:

    Anónimo el 11 de abril de 2010, 18:46 dijo...  

    Bueno, debes revisar tu ortografía:

    Es "halago" y no "alago"

    escribiste mal "mimo", debe ser "mismo"

    Tienes razón, gracias por la corrección. En lo de mimo estás equivocado, digo exactamente mimo en referencia al cariño y esmero que ha dedicado para elaborar el post.

    Muchas gracias de todos modos

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