Escrito el 23 mar 2007 | Autor: AntonioEZafra
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Blogosfera
Opinión
¿Somos conscientes los Bloguers, de que cada vez que tecleamos algo en algún Blog, nuestra privacidad retrocede un paso?
La frontera entre lo privado y lo público está quedando difuminada, por la increíble proyección que tienen los comentarios que dejamos y nos dejan en los Blogs. En cierto modo, eso ya lo sabíamos el día que empezamos a escribir un Blog. Al fin y al cabo, esto es una bitácora que, si en el caso de la marina mercante, plasma sobre el papel los cambios de guardia y los acontecimientos meteorológicos, en un Blog registra los intereses y emociones del autor del mismo. También eso lo deberíamos saber. Es más, no creo que a ninguno le venga de nuevo esto. Abres un Blog para que la gente sepa qué piensas. En mi caso, hasta hace poco nunca dejaba ninguna opinión que pudiera socavar mi intimidad. Pero al cabo del tiempo, me dí cuenta de que la gente sabía más de mí de lo que yo creía.
¿Y como podemos remediar esto?
Pues sencillamente no podemos. Internet es un ser vivo que se alimenta de información. La digiere y la almacena en su inmenso estomago. Cualquier cosa que escribamos quedará retenida y aparecerá en alguna búsqueda que alguien haga al tun tun. Se da el caso de que yo inserté una foto mía en el perfil de Spaces. Coki la cogió para hacerme un gif y para ello la alojó en un servicio de alojamiento gratuito. Esa foto ya no está enteramente bajo mi poder. Algo ajeno a mí la tiene en su servidor. Me da igual que la tengan. Es más, Coki la cogió con mi consentimiento. Pero eso se puede hacer también con tus propias ideas. Si opinas de política en algún Blog, ese comentario quedará registrado hasta que el autor del mismo lo borre. Y eso es difícil que pase, por lo que aquello que reflejaste un día en ese Blog, será el espejo en el que te mirarán los lectores que pasen por allí.
Una fotografía, una opinión, un mensaje, una idea...nada de lo que dejes en un Blog será de tu propiedad. Pero esto tiene también una ventaja, aunque banal y rastrera...Mal de muchos, consuelo de tontos.
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