El Sábado, Beatriz, la nueva musa de las Juventudes Socialistas Europeas, salió con más pena que gloria de una manifestación anti-desahucios en la que tuvo que escuchar cómo, entre gritos de repulsa y eslóganes baratos, la incluían en el mismo saco en que se encuentran todos y cada uno de los políticos de este país. A su lado, un ex-ministro apresuraba el paso con la excusa de un viaje inaplazable con el que intentaba mantener una dignidad que ya no ostentaba.

Hoy mismo otra manifestación social ha tenido su particular protagonismo. Pero ésta ha sido tomada, esta vez con éxito, por los partidos políticos. Ha sido la de la Sanidad. En telediarios y demás prensa ha podido verse cómo los lemas y el espíritu de dichas manifestaciones han sucumbido a la simbología propia que acompaña indefectiblemente a los partidos y sindicatos cuando éstos deciden tomar la calle. En este caso eran predominantes las banderas republicanas, las del movimiento gay y los estandartes de CCOO y UGT.

Han sido dos manifestaciones sociales. La una ha conseguido mantener su ideario sin problemas, aunque eso sí, con esfuerzo ya que han debido echar de la misma a la mentada Beatriz y su más que dudable deseo de proletarización de la cúpula socialista. La segunda, como se puede ver visionando el vídeo que nos ofrece 20 minutos, ha acabado siendo no más que una instrumentalización política de un problema escandalosamente real como lo es el de la privatización de la sanidad.

Hay una diferencia abismal entre la primera y la segunda manifestación. La una intenta que su mensaje prevalezca sobre las siglas aunque se excede en su deseo de ausencia de las mismas. La segunda, según los datos del periódico han sido tan sólo 300 personas las que han acudido a su llamada en Zaragoza, necesitan de la política para mantener viva su protesta. 

Se protesta para cambiar las cosas, no para pedir que se quiten unos para que se pongan los nuestros. Y si algo hay que esta crisis nos haya enseñado a los Españoles, es a desconfiar de los políticos, ya vayan en nombre del partido o en el suyo propio, puesto que éstos, antes o después, caerán en la tentación de hacer suyas protestas que no nacieron de sus sesudas cabecitas, sino que fueron germinando en el sentir de la gente y de las que se intentaron adueñar instrumentalizándolas para hacerlas servir a sus propios intereses partidistas.

Aún recuerdo a aquellos Diputados de Izquierda Plural que salieron a apoyar a los que deseaban rodear el Congreso ignorando, y queriendo ignorar, que esa protesta iba contra la esencia de lo que ellos mismos representaban, la casta política de la que son partícipes. Y hasta que eso no lo interioricen y lo tengan en cuenta todos y cada uno de los movimientos ciudadanos que en estos tiempos de zozobra política intentan tomar la calle para defenderse de las agresiones políticas que reciben, habrá, para miles de ciudadanos tales cuales un servidor de ustedes, un sentimiento de apoyo o rechazo que será directamente proporcional al nivel de intoxicación política que padezcan.

Por eso no estoy de acuerdo con Carlos Carnicero cuando éste critica que se despida de esa forma a la que ayer mismo era una abanderada del verdadero Socialismo. Por eso querido y admirado Carlos, no comparto tu punto de vista.

6 Comentarios:

    Le hizo un favor al PP.

    Es que parecen olvidar que el partido al que pertenecen no hizo NADA para evitar los desahucios, es mas, incluso ayudó a que estos se agilizaran... son ganas de provocar!!
    Y me pregunto yo que sin tan concienciados están van a renunciar a los beneficios y prebendas de los cargos que ocupan y van a liderar una lucha interna para que ese partido cambie...
    en fin...
    Mil besos Antonio!! :-)

    Siento no compartir tu opinión.

    En el caso de Beatriz me permito recordarte que ella es una profesional de la política, por tanto no está en su ADN eso de renunciar a beneficio ninguno...

    Totalmente de acuerdo. No se trata de hacer publicidad a un partido, movimiento o asociación, sino de defender unos derechos ciudadanos, sin colores ni banderas.
    Un saludo Antonio.

    Has necesitado mucho menos que yo para expresar más claramente lo que quería decir...

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