He leido en el Blog de Eulalia la noticia de un camión de gasolina que ha estallado en San Francisco. Y esto me ha recordado una cosa que me pasó a mí hace unos cuantos años. No deberíais creer que lo que hice fué heroico. Exactamente fué suerte, como cada una de las veces en las que un camionero se tiene que topar con un imprevisto de estos. De golpe a repente tu cerebro empieza a funcionar automáticamente, al menos en mi caso, y tu subconsciente te salva la vida.
Hace exactamente 5 años por estas fechas mi trabajo no era llevar una hormigonera. Antes trabajaba con un camión de la gasolina. Exactamente llevaba gasolina a las gasolineras. Un trabajo realmente peligroso, como todos los que se llevan a cabo a los mandos de un volante...pero más si cabe al ser Mercancias Peligrosas. El hecho de serlo ya lleva consigo un peligro, si tienes un accidente con ellas...tienes pocas posibilidades de contarlo. Mi odisea Aquel dia era Viernes, si no recuerdo mal. Dormí en una pensión en Murcia, al lado del puerto de La Cadena. Había que cambiar aceites y unas cuantas cosas más, para el mantenimiento del camión. La cuestión es que cuando los mecánicos...(esos grandes amigos y a la vez angeles de la guarda de los camioneros)...acabaron con la Merche, así llamaba yo a mi camión, me llamaron por telefono para apuntarme el pedido y los tipos de gasolina que debía cargar para Ibi. Antes de llegar a Ibi hay un pequeño puerto que no es más que una autovía que sube en linea recta hasta que llega a la salida de Agost. Un kilómetro antes de llegar a ella, escuche un !!!! SHHHHHHHHH !!!! impresionante. Miré las agujas que marcan la presión de los calderines de aire...(todos los frenos, el cambio y el pare del motor funcionan con aire)...y ví como bajaban rápidamente. No entendía lo que pasaba y tampoco me imaginba lo que me esperaba al bajar del camión, pues la temperatura de este no aumentaba. Pensé que sería uno de los tubos de aire que se habría partido. Por la falta de aire, empezaron a bloquearse las ruedas del remolque. Este es un sistema de seguridad que llevan todos lo camiones de gran tonelaje. Evita que el camión se despeñe o menee cuando está aparcado en una pendiente. Si pierde aire, en vez de dejar de frenar hace lo contrario, frena, con lo que la seguridad está garantizada. Pero esta seguridad actuaba ahora en mi contra, pues no sabía lo que le pasaba al camión y lo que iba a hacer era un suicidio. Al empezar a bloquearse las ruedas del remolque, giré el volante lo más suavemente posible a la derecha y acerqué el camión al arcén. Tuve la suerte de parar el camión enseguida, pues subiendo el puerto, la velocidad del camión no excedía de 30km/h. Y bajé de un salto de la cabina sin parar el motor. Sin saber como lo hice Al caer al suelo casi me muero del susto. Grandes llamas salían de debajo de la cabina hacia el remolque y estas habían quemado las mangueras de aire que ivan del camión al remolque. Estas mangueras llevan el aire a los frenos del remolque desde el compresor de aire que lleva la cabeza tractora...(cabina)...y permite que el conductor sea dueno de los dos tipos de freno. La amarilla para el freno de pié y la roja para el freno de mano. Amén de una tercera manguera que lleva la luz a los pilotos y galibos. Al ver ese dantesco espectáculo dejé de ser dueño de mí y empecé a actuar mediante reflejos y de forma sistemática. Sin pensar en lo que hacía, si no haciendolo. Sabía cuales eran los pasos que debía dar. Todos estaban explicados y reexplicados en los cursos para conductores de Mercancias Peligrosas. En ese momento y sin saber como, me vinieron todos y cada uno de los pasos que debía dar para salvar la vida y el camión si era posible. Me abalancé sobre el camión y oprimí el boton del pare...(en algunos camiones no se para el motor con la llave, sin no que llevan un Botón delante del embrague para pararlo)...Acababa de comprender que ese era el primer paso que debía dar. Si no había sificiente aire, el pare no funcionaría y no podría parar el motor, a no ser que calara el mismo, pero tampoco podría, pues el cambio también iva mediate aire al ser semiautomático. Al pararse el motor corrí hacia los extintores y vacié el primero y el segundo. El fuego ya no se veía, pero el humo seguía saliendo. Al instante me dirigí hacia los calzos para bloquear las ruedas del remolque, recordemos que estamos en una pendiente, y los coloqué detrás de la ruedas del último eje. Levanté las patas del remolque para liberarlo de la cabina y estiré de la palanca que aprisionaba el bulón del remoilque contra la quinta rueda de la tractora. Al ya no estar conectadas las mangueras se me ocurrió, y menos mal, separar la cabina del remolque. Como ya no estaban conectadas no deberían perder aire, así que decidí arrancar el motor...(no sé exactamente como llegué a tomar esa decisión, pero los bomberos la apludieron y me jefe me dio un par de dias de vacaciones por ello)...y separarlo del remolque. Una vez me encontré a doscientos o trescientos metros de él lo paré de nuevo y me apresuré a levantar la cabina para ver todo el motor. Aún no sabía que le estaba pasando al camión, solo veía llamas. Las llamas se habían reavivado, pero estaba tranquilo, la gasolina estaba lejos. Cogí el último extintor que me quedaba y lo rocié entero sobre la totalidad del motor. La llegada de los refuerzos Humo y mi camión en dos partes. Nadie por la carretera. El cielo despejado y el sol de las cuatro de la tarde. Me senté en el suelo, con la espalda apoyada en el guardarail y llamé 112. A los pocos minutos, no sé cuantos exactamente, llegarón los bomberos y la Guardia civil, al poco una ambulancia. La Guardia civil me llevó a su coche para que me sentara y los bomberos se encargaron de revisar tractora y remolque. Vieron las placas del tipo de mercancia que tranportaba el camión y lo rociaron todo con espuma. Dijeron ellos que por si acaso.Se llamó a mi jefe, en aquel entonces una empresa de Valladolises Triros y este vino lo más rápido que pudo. Al momento se me acercó uno de los bomberos y me felicitó. No sabía a que se debia aquello, pero todos me miraban de una forma extraña. Había actuado de una forma perfecta. Había seguido todos y cada uno de los protocolos de seguridad que ellos mismos enseñaban a los conductores de Mercancias Peligrosas. Había separado el fuego del material peligroso, lo había apagado, había avisado a todos y me había sentado a esperar. Mi respuesta los sorprendió aún más "No sé como lo he hecho". Uno de los bomberos y me dió un sincero abrazo que yo tomé como bienvenida a la vida y uno de los guardia civiles me estrechó al mano y me dió unos golpecitos en el hombro. Cuando llegó mi jefe, lo primero que hizo fué venir a verme. No miró para nada el camión y revisó todas y cada una de las partes de mi cuerpo. Me abrazó de nuevo y me meneó el pelo. Eso que se le hace a los niños pequeños. Me salió una lágrima y empecé a llorar. Mi jefe y los bomberos empezaron a revisar el camión para saber qué había pasado. Despues de un ratito, mi jefe, un viejo lobo de la carretera, descubrió que el desahogo del motor era lo que se había pegado fuego. Pero no se explicaba porqué. El desahogo es un trozo de tubo que sale del motor para ayudar al escape de los gases del motor. Al final se supo que al cambiar el aceite, a uno de los mecánicos le molestaba ese tubo y lo pinzó contra una ballesta. Se le olvidó y yo cogí el camión para hacer el viaje. Al empezar a subir el puerto el motor se puso a unas 1500 revoluciones por minuto, lo normal cuando subes con 40t y el escape no fué suficiente para desahogar tanto humo. Se creó una presión tan grande en el interior del motor que ese humo se pegó fuego y empezó a quemar el tubo del desahogo. Lo que hizo que salieran las llamas por detras de la cabina y quemó las mangueras de aire. Lo que provocó que se frenara el remolque y me obligara a acercarme al arcén. Todo lo demás es lo que he contado anteriormente. Una nueva vida Una gran suerte es la que tuve. Y uno de los dias en que más miedo pasé, pero también el que mejor me sentí por hacer bién mi trabajo. Unos meses despues, dejé de trabajar para ese jefe y cambié a otro. No por nada, solo el mercado laboral, el otro pagaba mejor y me aseguraba más noches en casa...(cosa que siempre se promete pero que nunca se cumple)...Empecé en Transportes Campos, una empresa de Loeches que se dedicaba al transporte de gasolina para la Total. El dia de mi boda, un año y medio despues de aquello, la Total retiró casi todas las gasolineras de España y se las vendió a Agip y Galp. Mi empresa se quedó sin trabajo y decidí dejar de llevar gasolina. Tenía muchas ofertas gracias a lo ocurrido un año y medio antes, pero pensé que era la hora de cambiar de aires. Empecé a llevar una hormigonera. A ganar 650€ menos al mes. A dormir todas y cada una de las noches con mi reciente esposa. A vivir la mejor etapa de mi vida. |
0 Comentarios:
Entradas Relacionadas
Entradas que podrían estar relacionadas:
Categorías
¿periodismo?
Actualidad
arte
ayuda para el blog
Blogosfera
Cáncer
comentarios
curiosidades
Debate
Documentales
educación vial
Entrevistas del CETH
Escribe Tu Historia
Humor
Humor Gráfico
la ruta
Linux
Minipost
Opinión
pederastia
política
Pro ana y mía
Spaces
twitter
videoclip
vídeos
vivencias personales
Archivo del blog
-
►
2013
(67)
- ► septiembre (6)
-
►
2012
(86)
- ► septiembre (4)
-
►
2011
(339)
- ► septiembre (24)
-
►
2010
(576)
- ► septiembre (40)
-
►
2009
(447)
- ► septiembre (29)
-
►
2008
(495)
- ► septiembre (35)
Publicar un comentario