ElMosquitero

Estar o no de acuerdo con el p2p es cuestión básicamente de en qué lugar de la producción de contenidos nos encontremos. Si somos productores, cineastas, escritores, cantantes, cualquier tipo de artista y por tanto creadores de contenido, lo lógico y normal será que estemos en contra. Si por el contrario somos unos tipos normales y corrientes, simples consumidores agobiados por tener que pagar incluso por ir a mear a un bar, la sola posibilidad de encontrar un artículo gratuito nos alegrará la vida.

Dejando de lado el tema de ser anti-p2p o pro-p2p, enfrentémonos de verdad al dilema al que políticos, artistas y ciudadanos se enfrentan. Intentemos ponernos en la piel de todos y cada uno de los contendientes y no hagamos juicio de valor alguno hasta llegar al final del artículo. Por supuesto que a todo se le podrá sacar punta, pero al menos, y por primera vez desde que escribo en este blog, intentaré ponerme en la situación de cada una de las partes para intentar comprender sus exigencias.

Desde el punto de vista de los artistas y los creadores de contenido (nosotros como bloguers estamos en este segundo grupo, al menos algunos), el hecho de que nuestro trabajo circule por internet saltando de mano en mano, sin que se reconozca nuestro trabajo es, además de una aberración, un despropósito.

Si nos ponemos en la piel de una productora cualquiera lo comprenderemos mejor. Todo el trabajo para dar forma a una obra de arte, un artículo de investigación, o una simple entrada trabajada a base de encontrar datos en la web para darle formato, puede pasar de tener un valor “X” a 0 solo en el tiempo que necesite cualquiera para subirlo a internet.

El todo gratis, que es lo que algunos pregonan a diestro y siniestro, el decir que las copia privadas son válidas y la falacia de la cultura libre son cortinas de humo, que lo que pretenden hacer creer a la gente, es que lo que se descargan de internet es algo por lo que pagarían en un momento dado. Y eso no es más que una mentira repetida miles de veces, ya que muchas de las películas, programas y libros que se descargan desde internet, no tienen a su homólogo original al lado en la estantería.

Entonces, si decimos que nos descargamos la película Camino (a que eso no se lo descarga nadie, bueno otra película cualquiera que no sea Española), y ya tenemos decidido que no nos la compraremos porque la tenemos en casa en un Cd, ¿donde queda entonces eso de la copia privada? Si nosotros hemos vista la película y no hemos pagado por ello…¿Cómo le hacemos llegar al autor de la misma el dinero que debería recibir por su trabajo?

También nos podemos poner en el lugar del usuario.

La verdad es que no hay asociación que haya cosechado más enemistades en menos tiempo que la SGAE. Y a eso no los ha ganado ni Microsoft. La SGAE, lejos de cumplir con el legítimo trabajo de luchar por que los derechos de los autores sobre su obra sean reconocidos, se han convertido en una Santa Inquisición moderna, que mediante apoyos esporádicos de sus miembros a los gobiernos de turno (más que nada a los de la ceja), han conseguido hacer vigente el detestable canon digital, que lejos de cumplir con la función de  proteger la legalidad de lo que se grabe allí, nos coloca a todos los usuarios en el punto de mira y nos acusa deliberadamente de piratear sus contenidos. Es, a todas luces, una forma de guerra preventiva contra el pirateo.

Y claro, los usuarios, que ya han visto como una parte del dinero que pagaron al comprar su Cd, su mp4, o cualquier ordenador o componente del mismo, ha ido a parar ya a las arcas de la asociación de la SGAE, se ven legitimados a grabar allí lo que les plazca. Si a eso le sumamos que la tarifa por internet es abusiva aquí en España, ¿No creen los creadores que ya hemos pagado bastante?

Además también está el costo de los productos. Tal vez las productoras de música debieran replantearse si 30€ no es tal vez un despropósito por un Cd con tres canciones y media buenas, y siete u ocho de relleno. Tal vez haya demasiada gente viviendo de un solo artista. Tal vez los costos de producción ya no sean tan altos como nos quieren hacer creer, cuando ya hay millones de ordenadores en otros tantos millones de hogares, que para grabar un Cd solo necesitan uno o dos minutos.

Tal vez y solo tal vez, la forma de negocio que desean mantener sea lisa y llanamente, un simple recuerdo del pasado.

Y aunque nos parezca extraño, también nos podemos poner en el mismo lugar que los políticos.

¿Cómo ponerse en contra de quienes son a la vez ídolos y supuestamente intelectuales de la plebe a la que gobiernan? Y que conste que eso de intelectuales no lo digo yo, si no algunos medios que creen, que por interpretar o cantar bien uno ya se puede etiquetar de intelectual. El caso es que desde el punto de vista político, el lugar en donde se pongan les hará ganar o perder una batalla a corto plazo.

Sin duda apoyar a los artistas hará que éstos, que no son más que mercenarios que se arriman al árbol que más sombra les proporciona, los apoyen en futuras campañas electorales. Eso se traduce en una mayor presencia del partido en los medios, amén de cancioncitas pegadizas que saldrán en nuestro favor en plena campaña y precampaña electoral. Es sin duda alguna, una victoria sobre el rival.

Por otro lado están los votantes. Colocarse en contra del P2P podría acarrearnos la pérdida de muchos votos que sí están a favor de él. ¿Pero cuantos votos están realmente en juego? La verdad es que la proporción es baja. No hay tanta gente con internet en casa y muchos menos tienen ese como su principal problema. De todas formas, no se les puede dar la espalda, al fin y al cabo no dejan de ser votos que si no vienen a nosotros, irán al contrario.

Por tanto hay que mantenerse en la delgada línea que nos ofrece la ambigüedad. No nos podemos posicionar totalmente en contra, pero si que podemos colocarnos de perfil y dejar que otros, como lo son los jueces y las asociaciones tanto de un bando como del otro, jueguen su partido con la certeza de que nosotros estaremos a su lado al final del mismo.

Al fin y al cabo, lo que ha caracterizado siempre a los políticos, es su increíble capacidad para aparecer del lado bueno en todas y cada una de las fotografías que se dejan hacer.

¿Y quien tiene razón en toda esta polémica?

Pues como hemos dicho al principio, dependerá de en qué lugar de la cadena nos encontremos. Por supuesto nunca llegaremos a un acuerdo real si los que producen el contenido no dejan de lucrarse a base de tomarnos a todos por ladrones y cobrar el canon. También es cierto que no todo puede ser gratuito en la red. ¿Cómo arreglarlo entonces?

No es esa una responsabilidad mía, y quienes la tienen que tomar son los que nunca harán nada por hacerla suya, los políticos.

Eliminar el canon, prohibir el P2P y conseguir que a través de internet y a un precio extremadamente bajo (que por ejemplo se pudiera pagar mediante sms), se pudiesen descargar archivos, sería una buena solución.

Tal vez un baremo bastante justo sería el de 50 céntimos por Cd de música bajado (por poner un ejemplo). A ese precio, y sabiendo que jugaríamos con las reglas del mercado con las que juegan las grandes superficies, sabríamos que en cada Cd tendríamos un beneficio ínfimo, pero que al ser tan barato se conseguiría que la cantidad de descargas tuviese tal volumen, que los beneficios no tardarían en llegar y se contarían por millones.

Porque claro, lo que no se puede pretender es mantener el canon y encima prohibir el P2P, las dos cosas a la vez son imposibles. Y servidor, usuario activo actualmente del P2P, siempre estará del lado del intercambio de  archivos, si cuando voy a la tienda a comprar un Cd, la SGAE se embolsa uno solo de mis céntimos.

Ahora, si eliminaran cualquier tipo de canon y los ingresos de esa mafia fueran exclusivamente por las descargas en internet, servidor sería de los primeros que comenzaría a mandar sms para poder descargar legalmente contenidos.

A veces los malos no son los de siempre, si no la avaricia que hace que ni unos deseen renunciar a la gratuidad y los otros que pretenden vivir subvencionados de por vida.

¿Y los políticos? Esos ya defienden ellos solos sus posturas…¿o no?