ElMosquitero

Ayer hablamos de la Blogosfera y la pederastia, hoy nos hemos desayunado con el cierre del blog de Marcelino por publicar las fotos de la discordia, y hace unos momentos, al encontrarme con unas fotos artísticas en un blog con un niño desnudo, me he decidido a hacerle ver al autor del mismo que esas fotos podrían traerle algún que otro problema.

La sorpresa me la he llevado, cuando este buen hombre me ha dicho que el niño que aparecía en esas fotos era su hijo, y que en todo el tiempo que hacía que estaba en internet (que no supongo que sea mucho aunque él diga que si lo es), era la primera persona que le hacía semejante aviso.

Ojiplático es poco para describir cómo me he quedado al leer semejante correo.

Y digo correo, porque el comentario que yo le había dejado ha sido ya eliminado, para que este no ensuciara su pulcro blog artístico de fotografía. Así que presto y dispuesto, he decidido volverle a avisarle de que por muy abierto de miras que él fuera y por mucho que fuese su hijo, la verdad era que al publicar esas fotos, lo que estaba consiguiendo era facilitar el trabajo de esos pederastas malnacidos, puesto que cualquiera podría descargar esa foto en su ordenador.

Y entonces ya ha llegado el colmo de los colmos al volver a recibir como respuesta un correo con esa típica frase de intelectual que reza:

lo siento pero te vuelvo a decir que no comparto tu manera de ver el mundo . un saludo

Y de momento nuestro carteo particular ha terminado.

Y ha comenzado en mi cabeza a crearse una duda razonable, sobre si la gente sabe muy bien qué supone subir una fotografía de un niño a Internet.

Si ahora nosotros subimos una foto de un tercero a la web (no hablo de niños, si no de cualquier persona adulta), y otro usuario, sea por el motivo que sea, de momento pensemos en motivos nada delictivos, desea descargarla en su ordenador para utilizarla en lo que le plazca, ¿Cómo podríamos eliminarla de la red?

No podríamos. En el momento en el que una foto está subida a internet, ésta está sujeta a que cualquiera se la descargue en su ordenador. Y cuando eso ocurre, dejamos de tener poder sobre ella, para que este pase a manos del que la posea en su ordenador.

Eso, aplicado a un niño es lo que realmente da miedo.

Yo no alcanzo a comprender en qué estará pensando ese padre a la hora de colgar las fotos. Ni si quiera me voy a tomar la molestia de decirle que lo que hace además de irresponsable, es de una necedad de órdago.

No importa lo abierto de mente que uno sea. Da igual que la foto sea artística o no. Lo ideal, si viviéramos en uno de esos mundos, sería que estas cosas no tuvieran la menor importancia. Pero es que hay padres que no ven la televisión. Son de esas personas que viven en su mundo ideal y que no dan importancia a la ingente cantidad de pederastas que pululan por la red.

Él dice que no es a él a quien hay que llamarle la atención sobre las fotos, si no al pederasta que es quien las utiliza de mala manera.

Y eso me produce una profunda tristeza.

No comparto para nada esa opinión. Ni yo, ni la mayoría de organizaciones para la defensa de los niños. Esa ceguera tecnológica, facilita sobremanera a los pederastas el trabajo. Permite que consigan miles de fotografías de forma anónima para sus colecciones. Y todo con la connivencia de unos padres profundamente equivocados en la visión de una realidad que para otros es aplastantemente horrible.

No, no pondré la dirección del blog al que me refiero.

Solo he escrito esta entrada, porque es la primera vez que veo a un padre jugar tan vilmente con la intimidad de su hijo. Y lo peor es que encima el cerrado de mente he sido, oh novedad!, de nuevo yo.

Increíble.

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