Ya se que muchas veces hablamos más de la cuenta y decimos cosas, que tras plasmarlas en un comentario, sabemos a ciencia cierta que pueden resultar molestas y hasta incluso medianamente faltas de razón. No es este el caso, aunque lo podría haber sido. El caso es que, contestando a un comentario de Senovilla en el que me preguntaba porqué y para qué debatir, me ha salido una reflexión de esas que le quitan el hipo al más pintado. Y como hoy tenía pensado dar sermón, y éste lo he parido antes de tiempo, he decidido transformarlo en entrada y explayarme un poco más en su desarrollo. ¿Porque qué mejor que una reflexión en voz alta para conversar y debatir? Debatir o no, no es cuestión de para qué podría servir la mentada conversación a un nivel superior al que nosotros, sus protagonistas, podamos representar. Evidentemente, las conclusiones a las que pudiéramos llegar en el susodicho no servirían de nada de cara a los que sí mueven los hilos y toman decisiones. Está claro que, cuando aquí se debate sobre la conveniencia del Plan E, sobre la pederastia, sobre si Hillary se cabreó, o sobre cualquier cosa en la que se nos antoje fijarnos, las conclusiones a las que lleguemos serán solo eso, las conclusiones de unos tipos que debatieron en un blog, o en el mejor de los casos de blog a blog. Es decir, no valdrán para nada. Pero ese “no valdrán para nada” está errado. Sí que lo harán, puesto que nos obligarán a replantearnos nuestras propias ideas, nuestras conclusiones prefabricadas en radios y televisiones. O sea, nos harán pensar y nos obligarán a tener que buscar los argumentos con los que rebatir al contrario. Creando un ejemplo extremadamente exagerado. Imaginemos que yo quiero negar que la guerra civil existió. Para poder defender esa teoría debería investigar. No bastaría con un simple “no existió”, cuando el resto de los contertulios se dedicaran a sacar libros de historia y datos a miles que avalarían su posición. Con ese debate yo mismo vería mi equivocación. Pero aún hay que ir más allá en este tema, y eso es lo que le he dicho a Senovilla en el comentario:
Y por eso y para eso hay que debatir sin descanso. No hacerlo significa una sola cosa, consentir que los periodistas y los políticos pongan en nuestra boca palabras que nunca dijimos y en nuestra mente deseos que nunca tuvimos. |
7 Comentarios:
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Amante de los debates como soy, creo, a mi entender que el concepto no quedó muy claro o mejor dicho aclarado.
Debatir se puede debatir, con quién bien dices presenta la información necesaria a lo que aporta, con vínculos a la noticia, con razonamientos a sus exposiciones, pero si como bien dices alegas que la Guerra Civil no existió, no investigas y encima haces un post apostillando que lo que dices es cierto, que coño se puede debatir con vos o con quién sea.
Creo que ahora me entenderías, ya sé que en comentarios es difícil exponer posiciones.
Un saludo muy cordial.
Pues si, ahora te he entendido a la perfección Senovilla. Me queda ya clara tu postura. Simplemente me extrañó tanta reticencia a debatir cuando has sido uno de mis contertulios preferidos jejeje
Tengo muchos amigos en varios cuarteles, infantería, guardia civil, y hasta un veterinario militar, ¿a ellos les han preguntado?, si partimos de esa base poco debate podemos hacer, pero si queremos dar nuestra opinión la damos como bien haces aquí o yo allí.
Un saludo.
PD: Tiene que estar bien la peli aunque sólo sea por ver a la cabra.
Bueno Senovilla, al menos nos quedará el derecho al pataleo en nuestros respectivos blogs.
La peli debe estar de cine jajajaja
Espero que la SGAE no me cobre por el Tráiler, ja,ja,ja.
Hasta mañana pues.
Todo lo que sea expresarse en libertad, dentro de los límites del respeto y la educación, es bueno para la democracia y la convivencia. Ojalá todo el mundo fuera capaz de debatir de esa manera y hubiera menos "cestos de chufas".
Carpe Diem
Pues eso es lo que digo Cosechadel66, creo que debatir no es malo. Creo que debatir no es intentar imponer nuestra forma de ver las cosas, sino charlar con los que piensan lo contrario de lo que nosotros creemos como cierto y replantearnos nuestra propia postura, junto a ellos, para intentar llegar a un punto de consenso común.
Eso es debatir.
Desde luego, como dice Senovilla, debatir no es hablarle a una pared que siempre nos dirá que lo que él cree es lo cierto, sino conversar con alguien que sea capaz de replantearse su propia postura al igual que haremos nosotros.
Pero eso estoy viendo que también es muy difícil...