Es sorprendente la capacidad de la ciudadanía Española para olvidar en pocos meses el pasado reciente que acaba de sufrir. Y de ello, como no puede ser de otra forma, se aprovechan los responsables políticos.

Si les dijera que estoy esperando ansioso a que nos rescaten, que dilapiden desde fuera el poco estado de bienestar que nos queda y que quienes nos han sumido en el barrizal del desasosiego aparezcan en la foto con la verdadera dimensión de sus errores grapada en la frente.

Si les dijera que tengo la esperanza de que con ello nadie en su sano juicio se atreva a volver a votar a quienes hoy manejan ciegamente el porvenir de los Españoles y a quienes desde la oposición se sonríen creyendo que el tiempo les quitará culpas hasta dejarlos impolutos de responsabilidades por la crisis.

Es que es escuchar a algunos políticos trasladarse a la época de Aznar para poner el punto de origen de la crisis y subirme unos calores encolerizados, que de estar a su lado en ese preciso momento, se transformarían en un guantazo de mano abierta que les dejaría de por vida los cinco dedos marcados en la mejilla. Hay que tener poca vergüenza, y tomar a los Españoles por poco más que amebas, para pretender aparecer ahora, seis meses después de dejar el poder, como unos políticos que nada han tenido que ver con la fallida etapa económica de los últimos cuatro años.

Que yo recuerde hace ocho años había un señor que se jactaba de tener superávit, de crecer sin descanso económicamente y de pasar incluso a Italia en lo que a importancia económica se refiere. Hace ocho años, que yo recuerde no había crisis, los pisos seguían subiendo de precio comenzando a ser un refugio especulativo y quien habitaba la Moncloa se hacía llamar ‘rojo rojo’. Jose Luis le llamaban. PSOE era el nombre de su partido.

Y ahora pretenden que los ciudadanos olvidemos quienes gestionaron los cuatro primeros años de crisis en este país. Mariano que yo recuerde tan sólo lleva seis en el cargo. Y digo yo…¿Tan sencillo es para nosotros olvidarnos de lo pasado?

Espero que nos rescaten pronto. Que nos quiten la poca libertad viciada que nos queda y que se nos de la oportunidad de comenzar de nuevo. Que podamos tener la posibilidad de rehacernos reinventando los partidos políticos, la configuración del estado, reformando las penas de delitos económicos y asegurándonos que esta vez no volvamos a olvidar que la próxima crisis económica no es la primera.

Espero, y no es poco, que al final todos hayamos aprendido la lección que hará de nuestra democracia algo más que la excusa de algunos para vivir del cuento; los políticos mienten, los políticos no son vocacionales sino profesionales, y los sentimientos que se nos generen a través de ellos no son más que tergiversaciones de la realidad que nada tendrán que ver finalmente con lo que realmente nos convenga a todos. Si un político te convence de algo permítete olvidarlo de inmediato. La idea que ha germinado en tu mente a raíz de ello no hará más que convertirte en un simple altavoz gratuito de sus mentiras.

He dicho.

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