Algo tendrá que hacer el actual periodismo para recuperar la credibilidad de la que un día fue garante y que tan necesaria es para la supervivencia de una democracia estable y segura. Tendrán que mirárselo muy mucho los periodistas que hoy se ponen ante las cámaras, o tras el teclado del ordenador, para recuperar el terreno perdido frente a las redes sociales y Twitter en particular.

Muchos abordaron esta herramienta por miedo a ser suplantados por esa chiquillería que tanto gozaba de poner frases en bocas que nunca se abrieron por estos lares. Pero ese mismo pajarito azul se los ha zampado de un bocado cuando la ciudadanía, adepta a Dios gracias a la información real, eficiente, e instantánea, ha dejado de tenerlos como referente informativo para sustituirlos por un anglicismo mundialmente conocido llamado #hashtag, que sin duda ofrece la información que éste necesita sin intermediarios, de forma inmediata y con múltiples puntos de vista diferentes al mismo tiempo.

Si alguna vez alguien pensó en cómo podría ser una democracia real en un mundo imaginario, sin duda las Redes Sociales y Twitter en particular debieron ser las herramientas que se necesitaban para que la ciudadanía pudiese interactuar entre ella misma. Alguno ya tiene pesadillas tan solo con escuchar su nombre. Y hasta otros como yo lo nombramos al bautizar el artículo que aporreamos sobre el teclado.

El nuevo medio de información se llama #hashtag. Y los periodistas vendidos al poder lo temen, como teme cualquier dictador a la marabunta que se concentra en una plaza cualquiera de su cortijo…

2 Comentarios:

    Anónimo el 16 de mayo de 2011, 9:35 dijo...  

    Bravísimo Antonio! Como siempre.

    @Angel Cabrera jejeje me alegro que te guste...

Publicar un comentario