Gamonal, al final, ha sido algo. Para muchos ha sido una victoria de la sociedad civil. Para otros, de forma exagerada en mi modesta opinión, una demostración de kale borroka que se le fue de las manos a los vecinos. Ha sido de todo y nada. Una esquirla que ha prendido sin saber muy bien cómo y que finalmente ha tumbado un proyecto urbanístico. Una voluntad del pueblo que ha dicho basta. Una inocente manifestación que ha sido tomada por los radicales. Un mero títere político impulsado por la que está llamada a ser en muy poco tiempo la tercera fuerza política del país. Una vergüenza. Un alivio. Un descanso.

A decir verdad era de esperar. Con todo el paro que hay. Con los recortes anunciándose a diario por radio y televisión. Con las desgracias que cada uno lleva colgadas a la espalda. Lo que resultaba extraño era que un alcalde se volviera una copia de Gallardón y se empeñara en realizar una obra faraónica sin que hubiere contestación ciudadana. Buena o mala. Necia o culta. Ilegal o acorde con la legislación. Con razón o sin ella. Con o sin nuestro aval. Era algo que podía pasar. Algo con lo que nunca cuentan los políticos. Algo que ocurrió con la misma facilidad con la que podría volverse a sumir en el olvido. Gamonal ha recogido los rescoldos de aquel 11m que murió de inanición por culpa de sus impulsores y los ha avivado con la fuerza del sentido común.  Y aunque ha incurrido en errores, se le ha de reconocer al menos que ha puesto voz a un sentimiento más que extendido por toda la geografía Española.

Venimos de una crisis galopante que ha arruinado a muchas familias. Hace veinte años lo apostamos todo al ladrillo. Construimos una economía en base al hormigón. Casi acertamos. Disfrutamos de plusvalías que nos enorgullecieron. Y que se callen los que dicen hoy que lo veían venir porque no son más que unos mentirosos. Nunca los vi aparecer en la tele para prevenirnos. No volvamos a caer de nuevo en esa trampa por favor. No volvamos a preparar el caldo de cultivo de una nueva crisis destinada a nuestros hijos y nietos.

2 Comentarios:

    Me parece que sí que hubo avisos de la burbuja inmobiliaria. El informe de fin de año de 2002 del BBVA especificaba claramente que toda subida de precios del suelo y la vivienda que se produjera en 2003 iría con cargo a una burbuja.

    Hubo analistas que continuamente advirtieron de ese peligro. Y en 2006, hasta un informe de la ONU advertía que en España había una burbuja inmobiliaria que traería consecuencias destructivas.

    Pero como de la subida del metro cuadrado trincaban Ayuntamientos y Comunidades, aparte de promosaurios, concejales y directivos de Cajas, grandes financiadoras de la fiesta, nadie hizo nada para parar la burbuja.

    Puede ser, pero en la memoria colectiva no quedaron retenidos. No hubo un goteo constante de esas alertas y se las ninguneo sin remordimiento ninguno. Tal vez fuera porque los que hoy dicen que se veía venir estaban en el poder cuando ocurrió...

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