Pues bien, lo que comenzó siendo un Sábado especial para mi esposa y para mi, que precisamente fue exactamente eso, un Sábado especial, acabó alargándose en el tiempo. Primero por culpa del portátil y mis peleas con Linux y luego por el cansancio que provoca, en servidor de ustedes, estar tanto tiempo frente a la pantalla y tener, a la amada, en la habitación de al lado helándose de frio porque la pobre no puede abrazarse a su osito de peluche. Peluche que supongo ya habrán deducido ustedes mismos que es el mismo que viste y calza.

El caso es que cada vez se me hace más difícil escribir en el blog entre semana, dado que entre viaje y viaje con el camión, tiempo, lo que se dice tiempo, es de lo que más adolezco cuando llego a casa. Por ello estas largas temporadas de tres o cuatro días sin actualizar. De echo, ya les puedo adelantar que seguramente mañana salgo de nuevo de viaje y no pueda volver hasta el Viernes noche, o incluso Sábado. Así que espero, dadas las explicaciones que les acabo de ofrecer, sepan perdonar a este humilde bloguer sus justificadas ausencias en sus rondas blogueriles semanales.

Pero no quería escribir esta entrada solo para largarles el sermón de turno que finalmente no cuenta nada.

Desde el Sábado, y eso ya es mucho, he estado pensando muy seriamente sobre la forma de escribir que tengo en el blog. Tres días dándole vueltas a un tema en la cabeza, sin poder plasmarlo en el blog, son algo mucho más eterno que la propia eternidad, al menos para mi, que estoy acostumbrado a escribirlo todo aquí.

Me preguntaba sobre mi forma de escribir no por aquello que contaba aquí, sino por la forma de hacerlo. Creo, y esa es una percepción que muchos me han echo por correo o a veces en un comentario, que es demasiado seria, demasiado aseverativa. Y entonces me pregunté a mi mismo cómo podría corregir este defecto, si se le puede llamar así a mi forma de escribir, y cual debería ser finalmente la fórmula con la que más personas podrían sentirse identificadas con lo escrito, sin que para ello debieran creer que con cada párrafo leído les había clavado un sermón entre pecho y espalda.

Y entonces pensé en el humor.

Tomarlo todo por el lado del cachondeo. No hacer del blog un lugar en el que acabar deprimido. Criticar de forma sutil, sin que parezca que se vomita nada sobre el criticado.

Pero es que señores, yo no se escribir así. Yo escribo como hablo y no puedo esconder mis críticas, bajo tupidos velos que enmascaren la crudeza de lo denunciado desde estos párrafos. Puedo, y eso si que me suele salir bien, soltar alguna ligereza con alguna expresión popular, o incluso adoptar una fina ironía de vez en cuando que haga el comentario algo menos denso para el lector. Pero de ahí a escribir justamente como ya lo hacen otros y a un nivel que me será imposible siempre llegar, hay un trecho más largo que un día sin pan.

Esperanza AguirrePor eso, lo siento por ustedes. Felicito a todos esos bloguers que han conseguido que me plantee este tema y sopese las posibilidades de hacerles caso o no. Finalmente escribiré cuando pueda y de la forma que se. Si ya se que mi forma de escribir es penosa…pero es que debo sincerarme con ustedes y confesar que servidor, este que existe entre esta maraña de huesos que le permiten desplazarse a su antojo, estudió en frente de una escuela de pago. Y evidentemente, de la escuela de pago, lo único que se le quedó, y ya está olvidado lo juro, fue aquello de anudarse el jersey por las mangas al cuello.

Un saludo, y como dice mi admirada Esperanza, lo siento, pero cuando voy con zapatos planos no respondo a los periodistas.

Así que obvien que les responda más en los comentarios, porque yo tacones, lo que se dice tacones, no llevo nunca. Es más, si los llevara, mi esposa sufriría tal soponcio de la impresión, que la provocaría un adelanto menopáusico extraordinario. Y yo, que aunque bloguer, soy muy hombre, quiero descendencia más pronto que tarde, así que me perdonarán ustedes, pero desde hoy no respondo a nadie, ni aunque me vaya la vida en ello. Por convicción y por pura necesidad.

7 Comentarios:

    (La opinión de uno que pasaba por aquí.)

    Si ya te leen tantos quizás sea porque les gusta exactamente cómo y lo que escribes. Siempre habrá un masoca, o dos. Pero el resto. Digo yo, no sé.

    Vamos, si piensas cambiar, avísalo. Pero si no, me quedo en el rincón del fondo y sigo disfrutando con las lecturas disimuladamente, sin molestar. Si se puede pedir, preferiría el producto clásico, el de siempre, eso sí.

    8)

    jejeje, solo ha sido una empanada mental que me dio cuando me lo dijeron y que ha madurado tanto desde que la pensé, que al final la he tenido que plasmar en una entrada jajaja.

    Un saludo Ángel, que de momento hoy lo dejo, la menos hasta antes de irme a dormir.

    Muy aguda la Aguirre... podía contestarle el Mariano que él sin afeitar tampoco.

    Pero amigo mio...el Mariano no es tan ocurrente como ella. Es más, creo que para que alguna vez soltara una ocurrencia mínimamente comparable a esta, alguien, que no fuera él mismo, se la tendría que escribir para que se la aprendiera jejeje

    Esperanza for Presidente, Esperanza forever ¡juas!

    Tu escribe com tengas que escribir, que cada uno dice las cosas como puede y quiere. Eso si, no imites demasiado a Esperanza, cuyos modos democráticos dejan tanto que desear.

    Y me gusta en nuevo diseño....

    Carpe Diem

    Desde luego, Antonio, tienes toda la razón: el Rajoy es más soso... Un abrazo -sin zapatos planos-. ^_^

    Pero soso soso...mira que los chuches y la niña...

    Me alegra de que te guste el nuevo diseño Cosecha. Es exactamente el mismo que se puede descargar...aunque con unos pocos retoques personales.

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