ElMosquitero

Seamos sinceros, a ninguno de nosotros nos gustaría vernos en la situación en la que se encuentran nuestros gobernantes. Ya sea por culpa de jueces estrella, ya sea por nuestra obcecada persistencia en una no se sabe muy bien si mal llamada alianza de civilizaciones, o ya sea por nuestro cacareado anti-belicismo, el caso es que los temas a tratar empeoran para nuestros ministros con cada día que pasa, y cada vez que hacen una declaración, el pan sube en las panaderías cual levadura en el horno de madrugada.

Yo, siendo como soy uno de esos votantes convencidos de justamente la parte contraria de la que actualmente ostenta el poder en España, debo decir que me apeno por mi presidente y sus ministros.

A la lucha por instaurar una alianza de civilizaciones que acerque culturas, que allane el camino al posible entendimiento entre Oriente y Occidente, que resuelva de una vez y por todas el penoso espectáculo de Oriente Medio, responde la plebe con palizas a mujeres porque no llevan velo.

Se da la desgraciada coincidencia de que para agravar el asunto, uno de los detenidos por tal agresión no fuera hombre, sino mujer. Eso deja mal ya no solo a la consabida Alianza, sino también corta de raíz la posible salida triunfal de la ministra de Igualdad al paso. Evidentemente, además de eso, ni siquiera las feministas pueden poner el grito en el cielo.

Tampoco se consiguen en este momento respaldos morales que nos digan que no se debe prohibir el uso, del mentado anteriormente velo islámico, por parte de quienes profesan dicha religión. Tal vez la batalla que se hubiese desencadenado con tal decisión, ahora perdería todo el fuelle que necesitaría para que la susodicha no acabara siendo una realidad palpable.

Eso si, aquí eso de prohibir velos, nuestros gobernantes ni se lo plantean.

Entre otras cosas, porque nuestro presi ya se ha encargado de ir dando a entender que eso de las vestimentas religiosas puede usarse cual chaquetas de Sábado o Domingo. No, para estos gobernantes el camino no son prohibiciones, sino miradas de soslayo hacia otro lado mientras esperan a que escampe la tormenta. Y si de paso cuelan de nuevo eso de la Alianza, pues mejor que mejor.

Pero a lo que vamos, el caso es que se da este caso de la paliza a la mujer y de golpe todo el gobierno se queda paralizado sin poder hacer nada salvo asentir, y aceptar, que lo que en otro caso hubiera sido una caso claro de discriminación ideológica, acaba siendo solo un simple delito de lesiones.

Y eso amigos míos si que es malo. Porque a parte de dejar desprotegidas a las mujeres que quieran dejar de llevar el velo, se le dice a los futuros ejecutores de la Ley Islámica que sus actos no pasarán de una falta, y que por tanto, sus actos serán bendecidos, si se lo puede llamar así, por el imperio de la ley y el buenismo extremo.

Si señores, yo seré muchas cosas, pero se comprender cuando un hombre es esclavo de sus propias convicciones y es en ese momento cuando solo puedo levantarme el sombrero, saludarlo y desearle una caída suave e indolora.

El presi es malo, pero malo de cojones, y sus ministras malas de verdad, vicepresidenta incluida, pero al menos sabemos que sus convicciones, aunque escandalosamente difíciles de entender para la mayoría de los votantes, son sus convicciones. Y que no tengan otras, como las tenía el fenecido de los Hermanos Marx, queramos o no dice mucho y bueno de ellos.

Si a eso le sumamos el revoloteo incontrolado de un juez estrella, que detiene secuestradores sin atender a razones, que los trae a España y los pasea por telediarios, y que tanto utiliza métodos ilegales para conseguir supuestas pruebas y así convertirse en el azote de la derecha española, como se revuelve contra la mano que le da de comer y destapa una trama Catalana, con Bigotes incluido, con la que poder presionar para que se le indulte del posible delito de prevaricación que acecha sobre su pescuezo desde hace unos meses, convendremos que el gobierno ya no tiene solo un problema, sino dos.

Y si encima también sumamos a todos los males, el paro, la crisis, y todos los datos que los organismos internacionales dan sobre España de un tiempo a esta parte, no podemos más que solidarizarnos con el presi, como lo hacemos cuando vemos jugar a un equipo pequeño contra uno grande.

Siempre se dijo que los pequeños se llevan toda la simpatía.

Al menos eso dijeron de Hitler, antes de convertirse en el hijo de puta más grande que paría mujer en toda la historia, o del mismísimo Franco, campeón de campeones a cabronazo y asesino en la piel de toro que muchos llamamos España.

El presi quiso jugar en la liga de los grandes con jugadores pequeños que no le hicieran bailar la silla sobre la que puso sus ilustres posaderas. Hoy el presi ya no puede jugar con los grandes porque estos ya se han levantado y él, pobrecito de mi, sigue agachado a la espera de que la inercia del despegue económico de los otros, le ayude a levantar el vuelo, ya no solo al país que preside, sino también a su propia imagen subsidiaria.

Por tanto, yo prometo no atacar al presi más en lo que queda de día.

Por algo se empieza querido presidente. Eso si recuerde, todos los días tienen su amanecer, y en todos hay momento para la rectificación. Puede que finalmente las convicciones del hermano de los Marx sí que fueran buenas. Al menos el tuvo la inteligencia de demostrar que ninguna cadena, ni impuesta por otros ni por el mismo, ataba a su mente. Su apellido, como muy pocos saben, siempre fue libertad, y su nombre, ciudadano del mundo.

El resto…el resto solo fueron invenciones de otros, que ni quisieron convicciones, ni les vieron utilidad práctica para su quehacer cotidiano.