Hace unos meses comenzaba la primavera árabe, con un servidor temiendo públicamente lo que ésta podría traer como regalo al mundo, y unos cuantos insultos hacia quien esto escribe por parte de algunos papanatas, que en su más rancio e ignorante progresismo recalcitrante, alentaban las revoluciones al grito de libertad o muerte y a los que nada les importaba quienes fueran los que se auparan al poder en el ocaso de las mismas, con tal de que los dictadores fueran derrocados de su poder.

castigo basado en la sharía

Hoy, tras las elecciones Egipcias, los Islamistas han ganado el poder legítimo. El pueblo Egipcio ha dado la espalda al laicismo y se adentra efervescente en la caverna donde manda la religión sobre la política. Y lo que es peor, van directos hacia un ordenamiento jurídico basado en La Sharía en donde se apoya el papel completo de la mujer pero siempre conforme a la ley Islámica por antonomasia.

Ahora díganme señores y háganlo con la mano en el corazón. ¿No estaban mejor las mujeres bajo el yugo dictatorial de Mubarak? ¿Y no lo estaban por extensión también los hombres?¿Donde han quedado todos aquellos que alentaron las revoluciones sin pararse a pensar en cual sería su destino final?

Es, y lo lamento muchísimo, el precio que se paga por dedicarse a berrear en lugar de pensar muy mucho qué es lo que se está dispuesto a apoyar antes de rebuznar. A todos aquellos que se desgañitaron insultando a quienes como yo expusimos nuestras más que fundamentadas dudas sobre los procesos que se estaban abriendo en la primavera árabe habría que deportarlos a la ruina de países que han quedado en pie para que vivieran allí hasta que sus huesos se convirtieran en polvo de infieles listos para quemarse en la hoguera…

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