Hay muchas formas distintas de escapar de la realidad. Maneras de distanciarse del mundo sin abandonar la comodidad del sofá de casa, la silla que siempre espera frente a la mesa del ordenador, o la pantalla del smartphone de turno. Una de ellas se encuentra en Youtube. Uno puede quedar gratamente sorprendido por la cantidad de arte que se puede esconder tras ese título y descubrir la ingente cantidad de seres humanos capaces de hacer cosas extraordinarias desde el más absoluto anonimato derrochando arte a capazos desde la llaneza del simple disfrute.

Puede uno sentirse tentado a creer que el mundo gira en torno al periodismo, la política o la economía y de golpe y porrazo encontrarse, a causa de un artículo de Ruben para Jotdown, navegando de deleite en deleite mientras olvida qué era lo que estaba decidido a escribir en su blog. Reencontrarse con la belleza del mundo a golpe de acorde y reconocer que hay mucho más por vivir fuera de las cuatro paredes que forman este cuarto desde el que les escribo.

Tiendo a creer que el mundo es política porque es ésta la que nos impone los impuestos, las derivas sociológicas de turno y la que condiciona el devenir de los ciudadanos en última instancia. Y así es en cierto modo. La política lo es todo. Pero es misión de cada uno de nosotros el encontrar los recovecos, las grietas, las esperanzas. El mundo, antaño gigantesco e inmenso, se ha tornado en simple aldea por la gracia de Internet. Aprovechémoslo mientras podamos.

No ha sido para mi un problema olvidar eso que quería escribir. Creo, más bien, que ha sido un placer.

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