Ayer ya me aventuré a escribir al respecto de las reacciones de algunos en relación con la crisis nuclear de Japón y en concreto la central de Fukushima. Hoy decenas de posts, artículos, documentales de telediarios y sermones diarios radiofónicos ponen el acento (que en realidad es tilde) en dicho foco informativo y arremeten sin piedad contra los que como yo somos partidarios de la energía nuclear.

La única razón para que estas personas sean reacias a dicha energía, es la misma por la que servidor apoyaría el cese de su promoción; la radiactividad. Dicho esto, lo que a estos señores les falla es algo tan simple como la inclusión en sus argumentos de una alternativa válida a dicha energía. Tan sencillo como eso.

Las personas que son persuadidas por los cantos de sirena que generan los talibanes ecologistas cada vez que abren la boca, cometen el error de no plantearse la hipótesis de qué pasaría el día después si todas las naciones del mundo decidieran al momento hacer caso de sus consejos.

Petróleo.

Para los ecologistas el petróleo es un mal que tiene sujeto por los huevos al mundo civilizado. Es contaminante. Su utilización contribuye al calentamiento global. Su extracción provoca la destrucción de la biodiversidad. Según los organizadores del Encuentro Social Alternativo al Petróleo

nos quieren presentar al lobby petrolero como un colectivo que sueña y es humano. Mientras que en los últimos años el petróleo ha tenido un papel protagonista en guerras, agresiones contra los pueblos, desastres ecológicos y está en la base de un modelo de consumo irresponsable e insostenible

Carbón.

Corre la misma suerte que el petróleo, al que se culpa de ser el causante del efecto invernadero que sufrimos en nuestro planeta. Según Dan Jaffe es el contaminante más sucio.

El carbón, barato y abundante, se ha convertido en el combustible preferido en buena parte del mundo, y ha propulsado el auge económico en China e India, que ha sacado de la pobreza a millones de personas. La demanda mundial se incrementaría aproximadamente en 60% hacia el 2030, a unos 6.900 millones de toneladas al año, y buena parte del combustible se dirige a plantas generadoras de electricidad.

Gas Natural.

Nos relata Daniel Pérez Pérez en un post en Internatura.org, cómo el proceso de la creación de energía a partir del Gas Natural trae consigo un alarmante  escape incontrolado de gas metano cuyo efecto invernadero es incluso superior al que provocan el petróleo y el carbón…

El gas natural contamina de muchas maneras,una de las maneras mas graves son los escapes de metano,cuyo efecto invernadero es superior al dióxido de carbono, en varias decenas de veces. Hay escapes de metano por toda la infraestructura del gas natural, desde la plataformas petrolíferas, buques metaneros, gasoductos, redes de la ciudad, almacenamientos subterráneos,.... Estos escapes son gravísimos baste decir que en la mayoría de los grandes gasoductos la mitad se pierde en el camino, que en las redes de la ciudad se pierde entre el 10 y el 15 por ciento....y un largo etc......Los escapes son tan graves que posiblemente se acerquen a las emisiones de metano de la biosfera dentro del ciclo del metano.

Energía nuclear.

Bueno sobre esto no hace falta exponer nada. Es radiactiva, insegura en malas manos y susceptible de convertirse en una trampa mortal para quienes viven a su vera. Según FACUA

Su empleo supone un riesgo por la radiación artificial que produce, presente en todo su ciclo de producción (extracción, transporte…), pues no se puede olvidar que estas emisiones son un peligro para el hombre y que tiene como consecuencia la mutación en los seres vivos si sobrepasa los niveles que en la actualidad se consideran aceptables. Contaminante: la extracción y transporte del uranio para generar electricidad en las centrales nucleares, así como las obras necesarias para la construcción y posterior desmantelamiento de las mismas, emiten CO2 a la atmósfera. El transporte de los materiales y residuos se realiza por mar, tierra y aire, empleando como combustible el petróleo, combustible contaminante. Por otro lado existe riesgo de accidente nuclear, que puede producir consecuencias irreparables para los humanos y la naturaleza como en el caso de Chernóbil, y eso pese a que las centrales cuentan normalmente con tres elementos de protección radiológico (varilla de combustible, reactor y estructura de hormigón). Los residuos, aunque ocupan poco espacio, son altamente radiactivos y tardan cientos o miles de años (dependiendo del tipo de actividad) en perder su radiactividad, además de suponer un almacenamiento costoso. Riesgo de contaminación radiactiva no sólo por accidente sino también por sabotaje. Riesgo de que algunos países realicen un mal uso de la energía nuclear y la empleen para fabricar armas nucleares. La energía nuclear no es una solución definitiva, sólo temporal, por eso es imprescindible apostar por otras alternativas. El uranio, pese a no fluctuar tanto como el petróleo, es un recurso agotable, no renovable, por ello es recomendable buscar alternativas provenientes de recursos naturales como el sol. Pueden ser un objetivo estratégico ante guerras y atentados terroristas, con los riesgos que ello conlleva. Costosa; algunos indican que es una energía económica, pero en sus cálculos de gastos no incluyen el desmontaje de las centrales ni la gestión de los residuos. Los fenómenos naturales (terremotos…) pueden provocar accidentes en las centrales nucleares. El precio del uranio no está exento de fluctuaciones.

Y ahora viene el problema que tampoco los ecologistas saben solucionar; si no utilizamos petróleo, gas, carbón o energía nuclear para generar la electricidad que necesitamos para nuestro día a día..¿Cómo hacemos para no tener que volver a las cavernas a pintar escenas de caza como las que se encuentran en las cuevas de Altamira?

Las energías limpias son hoy por hoy caras, poco productivas y de lejos escasamente eficaces para satisfacer las actuales necesidades energéticas del mundo tal y como lo conocemos en estos momentos. La oposición sistemática al resto de energías sin haber conseguido antes los adelantos tecnológicos necesarios para hacerlas suficientes, es ni más ni menos que provocar el encarecimiento de la energía hasta cotas desorbitadas.

No es suficiente con decir “no”. Además hay que aportar soluciones que ayuden a la sociedad a no depender de energías que todos sabemos que son perjudiciales para el medio ambiente. No niego eso ni de lejos y se que en algún momento habrá que replantearse muchas cosas. Pero quiero dejar claro en este post que no comparto ni compartiré nunca los “no a tal energía” por el simple echo de que ésta sea contaminante.

Hacerlo de ese modo es bañarse en demagogia. Sentenciar tan a la ligera sobre la forma de producción de la energía que la civilización necesita para mantenerse en ese estado, el de civilización, no es más que pretender erigirse en juez y parte que decida sobre quienes tendrán derecho a tener luz según el dinero que tengan para pagarla.

Si no lo creen miren los costes de la creación de la energía por bases primarias y deduzcan quienes podrían acceder a la misma, si de golpe y porrazo, todas las centrales nucleares, los pozos petrolíferos y las centrales de gas natural cerraran la mismo tiempo.

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