ElMosquitero

Siempre he pensado que tener un blog monotemático era una limitación auto-impuesta que en nada ayudaba al bloguer para su propio desarrollo y evolución dospuntocerista. Hoy, años después de mantenerme en mis trece y continuar aplicando a pies juntillas mi particular forma de ver la blogocosa, debo reconocer que tampoco convertir tu bitácora en un maremágnum de temas variados es una solución a la limitación.

En realidad la limitación nos la imponemos nosotros mismos cuando nos convencemos de que nada de lo que hagamos por este mundillo cibernauta tendrá repercusión alguna en la vida real. Curioso. Y lo es porque no nos damos cuenta de que lo que llamamos mundo cibernauta no es más que el mismo mundo real. El mismo mundo, la misma realidad palmaria, aunque nos empeñemos en diferenciarlos y aislarlos el uno del otro. Aunque los disfracemos de pseudónimos y avatares extraños.

Aún así, tener un blog multi-temático como éste no es tampoco una solución factible para superar una supuesta limitación de la propia herramienta. El blog es un blog y sólo lo que uno escribe es importante en él. Pero no sólo eso, sino que además esto deja de ser importante cuando lo escrito se convierte en un disfraz con el que conseguir sentirnos importantes, queridos, respetados. Una cosa es escribir, otra hacerlo sólo para quienes nos leen.

Además está la suerte. Conseguir encontrar lectores que comprendan lo que es un blog multi-temático. Conseguirlos de esos que comprendan que tú un día puedes querer escribir de política, otro hacer una broma y al siguiente plantar un vídeo de corta y pega que te encontraste por ahí y que ello no los defraude.

Eso es lo complicado de esto de los blogs, conseguir lectores reales. Lectores que leen blogs no hay tantos como algunos se empreñan en enumerar. Sólo hace falta darse una vuelta por las estadísticas de nuestros blogs para advertir la triste realidad que dicta que casi la mitad de las visitas que nos llegan son de resultados de buscadores. Sí, esos no son personas, son robots, o en su caso pobres diablos perdidos en el universo de google buscando a palpo un dato sobre cualquier chorrada que se les haya ocurrido en ese momento.

Al final uno comprende que debe escribir para sí mismo. Hacerlo como ahora lo hace en este post. Divagando en su mente sin atender a lo que pensarán los que lo lean. Sin intentar adivinar si conseguirán comprender finalmente el propósito de este extraño y correoso post. Haciéndolo por el mero hecho de hablar con uno mismo. Para advertir cual es la limitación que nos atenaza cada día a la hora de presentarnos ante esta pantalla de ordenador.