Santi es un conocido personal del ámbito laboral que un día me dijo que tenía un blog y me pidió permiso para mandarme un pequeño artículo que publicar aquí. Yo, condescendiente como siempre, acepté su propuesta sin dudarlo ni un instante y le ofrecí el rincón de los Bloguers invitados para que encasillara allí cualquier texto que se dignara a ofrecer a los pocos lectores que por aquí pululaban. Hoy ese día por fin ha llegado en forma de cuento corto convertido en toda una lección sobre la forma que todos deberíamos afrontar el día a día.

Santi es autor de la bitácora Amics del llibres. Por el nombre ya os daréis cuenta de que su lengua vehicular es el Valenciano, así que ha tenido la deferencia de traducírnoslo al Castellano para que todos podamos disfrutar de su lectura. Yo, en agradecimiento, he decidido publicar los dos, el original y la traducción, para que quede constancia también de que nunca las lenguas serán un problema a este lado de la frontera.

En Valencià: Camvi de trages

Conta Jorge Bucay en el seu llibre contes per a pensar, que un bon dia la tristor i l’enuig entraren a nedar a un riu. A l’eixir de l’aigua l’enuig va eixir amb tanta pressa que es va equivocar i es posà el trage de la tristor. Quan la tristor va eixir de l’aigua l’enuig ja se n’havia anat i no tingué altre remei que posar-se el trage que quedava. De vegades les persones manifestem emocions que en realitat van disfressades amagant els verdaders sentiments.

Sempre s’ha dit que dels set pecats capitals el menys productiu és l’enveja, a més, del més destructiu interiorment per al que la patix també. La persona en el punt de mira pot patir discriminacions i un cert rebuix.  Sovint acostumem a manifestar antipatia a una determinada persona quan en realitat el que el nostre cor sent és enveja. No volem reconèixer que el triomf econòmic, laboral o sentimental  de la persona en qüestió a nosaltres no ens lleva res, però així i tot l’odiem.

En alguns cassos l’antipatia que pateixen els pares l’hereten els fills i s’han de treballar l’amistat dels demés a cop d’actituts molt positives i socials, ja que  una vegada s’han instal·lat els cels als cor es difícil que estos s’en vagen fàcilment.

De vegades no es or tot el que rellueix i eixes persones objecte d’enveja tenen els seus problemes i les seus circumstàncies que els limiten. De vegades els fan més infeliços del que ens podem imaginar i es canviarien per qualssevol de nosaltres. Com se sol dir “cadascú a sa casa sap on es penja el cresol”.

Així que per a viure més tranquils i feliços caldria que fórem més agraïts amb allò que tinguem i ho valorarem més, al temps que no cobdiciàrem allò que tenen els demés i no podem aconseguir. Per acabar només recordar-vos allò que diu Stendal en la seua novel·la Lucien Leuwen: “Intenta no ocupar la teua vida ni en odiar ni en tindre por”.

Y ahora en Castellano: Cambio de trajes

Cuenta Jorge Bucay en su libro Cuentos para pensar, que un buen día la tristeza y el enfado entraron a nadar a un río. Al salir del agua el enfado salió con tanta prisa que se equivocó y se puso el traje de la tristeza. Cuando la tristeza salió del agua el enfado ya se había ido y no tuvo más remedio que ponerse el traje que quedaba. A veces las personas manifestamos emociones que en realidad disfrazadas esconden  los verdaderos sentimientos.

Siempre se ha dicho que de  los siete pecados capitales el menos productivo es la envidia, además, del más destructivo interiormente para el que la sufre. La persona en el punto de mira puede sufrir discriminaciones y un cierto rechazo. A menudo solemos manifestar antipatía a una determinada persona cuando en realidad lo que nuestro corazón siente es envidia. No queremos reconocer que el triunfo económico, laboral o sentimental de la persona en cuestión a nosotros no nos quita nada, pero aún  así y todo lo odiamos.

En algunos casos la antipatía que sufren los padres la heredan los hijos y deben trabajar la amistad de los demás a golpe  de actitudes muy positivas y sociales, ya que una vez se han instalado los celos en el corazón es difícil que estos se vayan fácilmente.

A veces no es oro todo lo que reluce y esas personas que son objeto de envidia tienen sus problemas y sus circunstancias que los limitan. A veces los hacen más infelices de lo que nos podemos imaginar  y se cambiarían por cualquiera de nosotros. Como se suele decir "cada uno en su casa sabe dónde se cuelga el candil".

Así que para vivir más tranquilos y felices habríamos de ser más agradecidos con lo que tenemos y lo valorarlo más, al tiempo que no codiciar lo que tienen los demás, más si no lo podemos conseguir.

Para terminar sólo recordaros lo que dice Stendal en su novela Lucien Leuw: "Intenta no ocupar tu vida ni en odiar ni en tener miedo".

Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo.

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