Yo soy un indignado aunque muchas veces me posicione en contra de la forma de hacer las cosas de éste colectivo. Repudio la corrupción, el poder de la mentira, la tergiversación y el revanchismo político. Censuro el simplismo, la anarquía y las medias verdades. Rechazo el cambio de chaquetas, las conveniencias y los bandazos ideológicos.

Pero también soy más cosas a parte de indignado. Además soy ciudadano, demócrata y librepensador. Me gustan las verdades completas, las realidades no retocadas y las frases no elaboradas para rodear la verdad fabricando eslóganes baratos. Me gusta también la coherencia, la línea recta en el posicionamiento ante los hechos y la verdad sobre lo que piensa a quien escucho o leo.

Por eso, sólo por eso, habría que eliminar del #15M a ciudadanos que, cuando atisban el batacazo electoral de su muy amado partido político (un ejemplo clarísimo de éstos sería Rosa María Artal) comienzan a sumarse a la corriente con la esperanza de arrastrar a sus componentes a un odio irracional al partido político que los vencerá.

Leer los artículos de Rosa estas semanas, atender a los comentarios que le dejan sus acólitos y conseguir dormir por la noche sin que le vengan a uno al sueño insufribles pesadillas, son un todo que no puede permanecer unido.

Pocas veces un periodista ha caído más bajo que Rosa. Pocas ha destilado un odio tan irracional y chabacano. Rarísimas son las veces que un espécimen así ha logrado sobrevivir al veneno de su propia lengua viperina.

No, mientras sectarios como ella estén en un movimiento como el del 15m, no habrá lugar para ciudadanos como yo. De eso pueden estar seguros.

2 Comentarios:

    Uno de los problemas de este país es que el periodismo independiente no debe ser rentable económicamente...

    Salu2

    Lo curioso es que esta semana andan los periodistas llorando porque según ellos hay intrusismo profesional pro parte de los blogs...Confunden opinión con información, y para eso no hay remedio que valga.

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