ElMosquitero

Hoy estoy contento. La verdad es que no hay una razón concreta para estarlo, sino que simplemente, tras acabar de trabajar, he llegado a casa y he comenzado a sentirme de este feliz modo. Ha sido la cosa un tanto casual, sin haberlo pretendido con anterioridad y de forma súbita. Mientras fregaba los platos y me daba una ducha calentita, se ha ido apoderando de mi una sorprendente energía positiva que me ha impedido ponerme frente a la pantalla en blanco del editor de blogs con la mirada crítica de todos los días.

Los vecinos sufren de vez en cuando estas acometidas de felicidad que sufro y saben que estoy en pleno trance cuando escuchan mis alaridos al son de la música que me ofrece mi móvil a través de los auriculares. Y lo curioso es que cuando estoy en este estupendo estado me da por fregar platos o pasar la mopa del suelo. Ya se lo digo yo que mi esposa en esos momentos es la más feliz del mundo... jejeje

Y la verdad es que no encuentro razón alguna para que me haya dado este fabuloso subidón. Hoy ha sido un día normal, bueno no tanto ya que dormiré esta noche en casa y lo normal es que ya estuviera de viaje, pero quitando eso el día ha sido uno más de los que transcurren semana tras semana.

Yo creo que esto se deberá a que uno siente de nuevo que tiene un trabajo y que éste, al contrario que los de los últimos tres años, parece que sí será uno seguro, perdurable en el tiempo, proporcionador de una estabilidad a la que ni yo ni mi esposa estábamos ya acostumbrados.

También será porque tal vez mi esposa se haya examinado por última vez y sea ya una licenciada Química con todas las de la ley. De verdad lo espero porque la pobre ya está hastiada de tanto hincar los codos y suspender examen tras examen.

Será porque por primera vez desde que estamos casados hemos decidido irnos de viaje. Iremos a Madrid, cerquita, para visitar el museo ese en el que están las réplicas del Tutancamon ese. La parienta está deseosa de irse ya que dice, yo no lo se ya que soy un paleto de pueblo echado a gurú de pacotilla dospuntocerista, que esa colección solo se ve en El Cairo y que es raro que la hayan traído hasta Madrid así que es mejor aprovechar para verla ahora que está cerca ya que de otra forma para hacerlo habría que viajar a Egipto…Ya lo digo, no se hasta qué punto es esto cierto, pero no le voy a negar el gusto de irnos de viaje por primera vez desde que nos casamos, el 11 de Octubre del 2003, y así celebrar nuestro séptimo aniversario de feliz matrimonio.

Será que uno es feliz de verse acompañado, en su día a día, por esta hermosa mujer que mantiene ferozmente ese anonimato blogosférico que tanto la caracteriza. Por saberse un hombre afortunado al que le tocó una lotería a la que nunca jugó pero que un día llamó a su puerta. Por sacarle partido a algo que nunca pensó que tenía valor alguno para el sexo contrario, el sentido del humor y la capacidad que uno tiene para inspirar buen rollo y complicidad. Será que aquel día mi esposa iba ciega de alcohol y después le supo mal deshacerse de ese pobre diablo que un día de resaca se encontró a su lado.

Estoy contento y la realidad es que en mi estado han influido una cantidad tal de circunstancias que erraría si osara culpabilizar a una sola de esta feliz dicha que rezumo en este día.

Hoy estoy feliz y esto solo ha sido un canto a la alegría para que a vosotros, si puede ser, también se os pegue esta estupenda y fabulosa sensación de bienestar. Y es que la felicidad es contagiosa…y puede ser, ¡claro que sí!