ElMosquitero

Hoy en Valencia es el Segundo Día de Navidad, y estoy a punto de irme a por unos churros con chocolate que nos comeremos con nuestro amigo Josete, que sin duda ha tenido también unas Navidades moviditas.

El caso es que estas Navidades han sido una bendición caída del cielo por el problema que tuvo la abuela con su corazón. Por eso creo que estaba en la obligación de escribir esta entrada, una entrada de agradecimiento.

Gracias a la buena praxis de los médicos del Hospital de La Ribera, mi abuela continúa con vida, y lo que no es menos, la celeridad con la que la atendieron le ha quitado diez años de golpe. Está más viva, activa y llena de vitalidad como hace tiempo que no la recordaba.

Y no, no me voy a detener en quien gobierna en según qué CCAA para sacar una conclusión de porqué se trabajó así o asá.

Eso creo que es un error y a lo que nos tendríamos que ceñir es a la buena o mala praxis de tal o cual Hospital. Esta vez el Hospital ha actuado conforme tocaba. No se han demorado en tomar decisiones. Han actuado conforme a sus reglas indican. Incluso hemos tenido la suerte de coincidir con enfermeros y enfermeras que nos han atendido con una sonrisa en la boca.

Hoy puedo decir que mi abuela está viva gracias a El Hospital de La Ribera, y para ellos va esta entrada.

Gracias por devolverle la vida a la abuela. Más cuando este año que se acerca es tan marcado para toda la familia, pues se casan mi hermano Carlos y Ali, y mi prima Luci y David. Dos bodas tristísimas si no hubiésemos tenido la suerte de encontrar un Hospital con tan buena praxis como este.

El segundo agradecimiento va para todos los enfermeros y doctores con los que nos cruzamos. Incluso nos indicaron y nos acompañaron por dentro del Hospital. Respondieron a todas nuestras preguntas, por tontas que estas fueran, y lo hicieron con buenas palabras y con mucha paciencia.

Y el tercer agradecimiento es para vosotros, amigos lectores. Porque la abuela se puso contenta de verdad cuando le dije que ya era famosa. Porque habéis contribuido un poquito en esa mejora que la abuela necesitaba. Y porqué no decirlo, porque me habéis ayudado a mi a poder sacar mis penas, para que al ir a visitarla la sonrisa fuese lo que apareciera en mi boca.

Gracias a todos por esta tan bonita y Feliz Navidad que hemos pasado yo y los mios.