ElMosquitero

Hay una máxima en la blogosfera que dice, que en el momento de escribir algo en tu blog debes saber que estás expuesto, aunque tú no lo quieras, a la crítica de aquellos que puedan leer tu entrada. Y de la crítica no se salva nadie, ni si quiera un fotógrafo, un contador de historias, un opinador como servidor, o alguien que simplemente cuente sus penas a sus lectores en su blog.

Y dentro de esa regla, hay un apartado que dice que los capturadores de pantalla están aceptados para defender puntos de vista discordantes con tal o cual persona. Eso significa que si escribes una entrada y después le cambias el título y suavizas la entrada un poco, otros podrán utilizar esta herramienta para además de acusarte de racista, hacerlo también de cobarde y mentiroso.

Y todo esto ha pasado en pleno día de los Inocentes señores.

El amigo The-Roker ha sufrido uno de sus peores días como bloguer debido a una generalización que le va a costar muchos lectores y alguna que otra enemistad. Y no será la mía la que pierda, porque veo mi reflejo en la cara del que se equivoca. Pero si la de otros a los que ha decepcionado muy profundamente.

Así que creo que habría que hacer una especie de manual, como me ha dicho Pitonizza en mi blog, que explicara como se han que afrontar las rectificaciones en un blog.

Hay tres formas de afrontar una rectificación, o mejorar la compresibilidad de su texto, para un bloguer. Las tres irán explicadas para que todos lo podamos hacer bien de ahora en adelante:

• Actualización. Es el típico añadido que se hace al final del post una vez ya publicado. Se suele utilizar para anunciar que alguien ha cambiado de opinión, o que algo que se anunciaba en el artículo ya ha sucedido. También para aclarar un punto de vista que en esos momento esté siendo polémico en la entrada. Es una forma bastante buena de que tus lectores lean como ha ido transcurriendo la noticia paso a paso. Y si por alguna razón hay varias actualizaciones, se nombran numéricamente (Actualización 1, Actualización 2, Actualización 3) y así sucesivamente.
• Tachado. Esta forma de rectificación es a la que prioritariamente deberíamos acudir cuando una opinión nuestra fuera contraria a la verdad (esto es el tachado). Sobre todo si en los comentarios ya hay gente que se refiere al texto original. El tachado dice mucho del autor, por ejemplo que afronta sus errores, que acepta que se equivocó y por último que dentro de todo lo malo, el tío es honrado. Con el tachado los lectores que vienen detrás de la corrección no se pierden nada de lo dicho y pueden hacerse una idea exacta de lo que ha pasado en el artículo. Este sistema sirve para otras muchas cosas, pero dejarlo en este punto es el objetivo de esta entrada.
• Una entrada nueva. Desde luego la forma por excelencia que yo adopto. Aunque tiene un fallo, si de verdad ofendiste a alguien con lo dicho en el artículo anterior a ese, dudo que vuelva para leer tu rectificación.

Así que queda clara una cosa, editar la entrada y no dejar rastro de lo dicho anteriormente es un error. Es un error que en Bocabit pagarán caro, y que otros muchos han echo antes que él y a los que no se les ha metido tanta caña como a él. Pero la blogosfera es así, nunca es justa, solo atiende a rankings y según estés posicionado en ellos serás visto por ella.

A un grande muy grande se le pueden perdonar muchas cosas, como al Dans ese, a otros un error en una entrada los crucificará de por vida.