He sido hoy testigo de un echo lamentable, que me ha jodido el día entero. Eso si, no menos jodido de lo que lo hayan podido tener los protagonistas del echo en cuestión que me dispongo a narraros ahora. He pensado durante mucho rato sobre la conveniencia o no de escribir esta entrada, ya que si bien ahora, en frio y desde la comodidad de la silla del despacho de mi casa, es sencillo detallar todos y cada uno de los pasos que debemos seguir en una emergencia como la que os voy a detallar, no lo es menos que ni servidor, ni ninguno de los testigos del lamentable suceso, hemos actuado conforme a lo que ahora os diré.

Esta mañana he llegado a Oropesa a descargar el camión y al salir de la tienda donde estaba descargando he escuchado un griterío que me ha partido el corazón. Un padre, zarandeando a su hija y gritando su nombre al viento, perdía poco a poco el juicio ante la pasividad de cuantos por allí estaban en ese momento.

Ha sido, de todos los momentos de mi vida, el más duro que he vivido. Y si, me he quedado petrificado, no he actuado, y solo al minuto más o menos de presenciar semejante escena de pavor, miedo e impotencia por parte del padre, he acertado a coger el móvil para llamar al 112. Justo en ese momento me he percatado que otra persona estaba ya hablando con una ambulancia y he colgado, pero lo duro, lo lamentable y lo que nunca me perdonaré, es el haber estado durante un minuto frente a esa escena de dolor y no hacer sido capaz de reaccionar.

Ha sido tan triste lo que he vivido, y mi conciencia ha sufrido tal varapalo, que durante todo el día ya no he podido quitarme de la cabeza ni los gritos, ni la imagen de la niña inconsciente en brazos de su padre, ni la cara desencajada del mismo mientras a su alrededor, decenas de personas presenciaban, con la mano delante de la boca, cómo su hija se iba de este mundo lentamente, sin que ninguno reaccionara a tiempo.

Yo mismo me he reprochado que podría haber parado a ese hombre y visto si la niña se había tragado la lengua. Que podría haber preguntado qué había pasado. Que podría haber, al menos, corrido hacia el cuartel de la Guardia Civil, que estaba a 600m del lugar, para avisarlos. Pero no, no he reaccionado y la verdad, no sé qué le ha pasado finalmente a esa niña.

Lamentablemente solo puedo pedirle perdón a ese pobre padre por mi nula capacidad de reacción. Hoy, y eso lo digo de verdad, he pasado a admirar un poco más a los enfermeros y médicos que dedican su vida, esencialmente, a actuar como se debe en estos casos.

Siempre he sabido reaccionar en accidentes de carretera, entre otras cosas porque me paso la vida en ella y tengo asumido qué hacer y qué no en esos casos. Pero la parálisis que he visto, personificada en decenas de personas anónimas incapaces de mover un músculo ante tan triste espectáculo, me ha hecho preguntarme si no será que todos, absolutamente todos, necesitamos un curso intensivo ofrecido por la Seguridad Social en el que se nos adiestre en la forma correcta de actuar en estos casos.

Dice una ley no escrita, que si no se sabe hacer un boca a boca no hay que hacerlo, que si no se sabe desatragantar a una persona no se debe hacer, que si no se sabe hacer un torniquete no se haga…¿Pero cómo podemos saberlo si no se nos ofrece la posibilidad de aprenderlo? ¿Cómo actuar cuando no se sabe qué se tiene que hacer?

La llamada al 112 es algo sencillo de hacer que puede solucionar las cosas de forma inmediata, pero tengo una duda sobre ese sistema que hoy me ha rondado la cabeza.

Cómo de efectivo es este sistema, si tras el minuto de shock llamamos a la operadora, ésta se entretiene en pedirnos los datos propios (y esto lo se porque estoy cansado de llamar para advertir de accidentes por la noche) y el tiempo que transcurre desde que acabamos de darlos y decir qué está pasando que sea una emergencia se alarga al minuto y medio ¿Cómo se va a salvar esa niña, si aún queda que esa misma operadora se ponga en contacto con la ambulancia más cercana y ésta se disponga a llegar al lugar de la desgracia?

Partamos de la base de que todos sabemos que nunca hay que transportar en nuestro propio coche a un herido. Podemos hacerle sufrir graves consecuencias tras nuestro intento de ayuda y éste, más que ayudar, puede agravar su ya delicada situación.

¿No sería mejor que la llamada al 112, en lugar de ser a un servicio de atención externo, fuera a una centralita de un Hospital? Pongamos que tenemos a todos esos operadores del 112, en lugar de en un centro a parte, repartidos entre los Hospitales de la Seguridad Social.

Éstos, al estar in situ en el mismo hospital, se podrían poner en contacto más rápidamente con las ambulancias. Y mediante un filtro como el que ahora actúa con el 112, las llamadas se irían desviando, a uno u otro hospital, en función del lugar desde el que se hiciera la llamada.

También creo que en la llamada de emergencia no se deberían pedir los datos del que llama, puesto que eso retrasa todo lo que pueda ser la acción de acudir a la llamada de emergencia. Creo que hacer la verificación del denunciante tras haber activado esa misma emergencia sería lo efectivo.

Por ejemplo, llamamos al 112, decimos que ha habido un accidente, nos preguntan por el lugar del mismo y si hay o no heridos, les decimos lo que vemos y ellos activan los medios que creen necesarios. Una vez dado ese paso, que es el primordial, nos vuelven a llamar y entonces nos piden nuestros datos.

Normalmente si llamamos será desde nuestro número y dado que todos esos números tienen ya nuestros datos, la segunda llamada no será más que una mera formalidad. En caso de falsas alarmas siempre se podrían cargar los gastos al dueño de la línea que hizo la llamada. Os aseguro que habrán pocas llamadas que no se sepa por quien fueron hechas en ese caso. Y habremos ganado un par de minutos mínimo.

Pero lo dicho, hoy no soy yo quien para dar lecciones sobre este tema.

He querido haceros partícipes a todos de esta tragedia, que ni si quiera se si lo ha acabado siendo o no, no para daros lecciones, sino para ver si hay posibilidades de que estas dudas lleguen a quienes deben llegar para ser resueltas.

Me da miedo que alguna vez sea yo quien esté en esa situación, y al mirar a mi alrededor en busca del auxilio que soy incapaz de ofrecer a mi hija, solo llegue a ver a personas sorprendidas, paralizadas y horrorizadas, incapaces de reaccionar ante mis gritos. No nos culpo a ninguno de los que hemos estado allí. Cuando yo decidí llamar ya había alguien que se me había adelantado y puede que esa llamada haya salvado la vida de la niña.

Pero no puedo quitarme de la cabeza el que yo, cansado de ver cadáveres por la carretera, accidentes y demás desgracias asociadas al trabajo que siempre he desempeñado, me haya quedado paralizado durante casi un minuto sin atinar a decir ni hacer nada más que ponerme la mano delante de la boca mientras quedaba aterrorizado ante la fatal escena.

Creo que los ayuntamientos nos deberían hacer cursillos para que aprendiéramos a saber reaccionar ante casos así.

Cosas como estas, capaces de salvar vidas, serían bienvenidas por todos. Cursos de concienciación. Que nos hicieran ver que en cualquier momento estas cosas pueden ocurrir a nuestro lado y que de nosotros dependen en ese momento la vida de otra persona, que seguro, en caso contrario, intentaría actuar justo y conforme lo deberíamos hacer nosotros en ese momento.

Creo que hacer charlas en los salones del ayuntamiento sobre estos temas deberían ser obligatorios para todos. Que debería ser algo como lo de estar obligado a ir a ser presidente de mesa electoral. Creo, en fin, que miles de vidas acabarían siendo salvadas cuando todos supiéramos, a ciencia cierta, qué hacer en según qué casos.

No digo que nos hicieran cursillos para hacer el boca a boca, sino que nos enseñaran a actuar para avisar a las emergencias, a reaccionar, a no ser meras estatuas ante una tragedia.

Esta noche salgo hacia Huesca y hasta pasado mañana no podré leer vuestros comentarios, si es que los acabáis dejando en esta entrada, pero la duda, la culpa y la certeza de que pude haber echo mucho más de lo que hice, me acompañarán durante unos días.

Si lo se, mi reacción ha sido la normal. Hasta cierto punto ha sido acertada puesto que no he intentado hacer algo que no sabía. Pero la parálisis mental que he sufrido, los desorbitados ojos del padre mientras su hija se iba poco a poco de este mundo, mientras nos miraba a todos con la cara desencajada, no se me va de la mente. Y hasta cierto punto siento que le he fallado a esa niña, a su padre y a mi mismo.

Posiblemente mi llamada hubiera sido una mas de las que ya estaban sonando en el 112, pero esa llamada no se llegó a producir porque me dijeron que ya estaban llamando. Entonces he recordado que en una ocasión me dijeron que, para saber de la gravedad de una emergencia, también atienden a la cantidad de llamadas referentes a un mismo caso. Y ahí he pensado que yo había fallado, porque si solo se hizo esa llamada…¿Cómo serían capaces en emergencias de saber si esa denuncia era cierta o falsa?¿Con dos llamadas hubieran tenido que hacer menos verificaciones?

Pues eso, que un consejo de quien nunca debéis escuchar consejos por casos como este que he vivido, es que os digan lo que os digan, llamad vosotros también para advertir del suceso. Y llamad y no hagáis nada para lo que no estéis preparados. Pensad que mañana nos puede pasar a nosotros y otros los que se queden paralizados.

Y aunque pueda pecar de presuntuoso y lo que vaya a proponer sea de imposible cumplimiento dejaré escritas algunas sugerencias.

Para los ayuntamientos de los pueblos:

  • Más cursos de concienciación para los habitantes de los pueblos.
  • Que estos cursos sean de obligado cumplimiento para todos (como la asistencia a las mesas electorales), siendo estos en días laborales y que cuenten como día festivo para la empresa.
  • Ubicación de teléfonos de emergencia en las esquinas de las calles que pongan al usuario en contacto directo con el centro ambulatorio más cercano.
  • Que esas llamadas, al igual que las que se hacen en el 112, sean gratuitas.

Y al 112:

  • Que las llamadas pasen por el filtro después y que los gastos en caso de fraude se carguen al dueño de la línea.
  • Que los centros del 112 no estén provincializados, sino que se subdividan en los distintos Hospitales de la Seguridad Social, ubicando en estos centros una sala dedicada a este servicio con los mismos agentes que ya cubren el susodicho.
  • Que para que a esos centros lleguen solo las llamadas cercanas territorialmente, utilicen la misma tecnología que ahora utilizan para dividirlas en provincias.

Lo se, lo que acabo de pedir es un despropósito, pero hoy es lo que me nace escribir y pedir. No se cuantas de estas cosas son posibles o no, ni cuantas son buenas ideas o no, pero lo cierto es que mientras un tipo daba sus datos personales para atender un caso de asfixia, la niña moría poco a poco en brazos de su padre sin que la ambulancia hubiera comenzado aún a rodar en su busca por la carretera.

Y eso si que es algo que debemos, entre todos, remediar de forma rápida y urgente. Mucho más rápida y urgente que si Cataluña o quien sea obtiene más o menos dinero de un estado decrépito. Mucho más rápido que muchas de las chorradas con las que nos bombardean a diario en la tele o en los blogs.

Hoy, sin duda, no es un buen día para mi. Y lo peor es que aunque me incline a pensar que esa niña se ha salvado, en mi interior veo claramente que la he fallado. Esperemos al menos, que esta entrada sirva para que algunas cosas cambien. Tal vez no de forma sustancial, pero si para que en caso de que vosotros os encontréis en esta situación, sepáis que lo de poneros la mano delante de la boca debe ser, de todas todas, la última cosa que hagáis. Antes de hacerlo llamad al 112. Sin duda esa acción ayudará más a quien pretendáis ayudar que esa comprensible, pero inútil acción reflejo.

12 Comentarios:

    Anónimo el 17 de julio de 2009, 3:12 dijo...  

    Es lo que vivimos, cada día, a nuestro alrededor. Un individualismo salvaje, made in USA, del sálvese quien pueda y el yo primero. ¿No estará ahí la raíz de la incapacidad a la reacción?

    Me han enseñado que hay personas con capacidad de reacción inmediata y otras que reaccionan tras un periodo de shock. (Los servicios de urgencias lo saben -o deberían- y cuando necesitan tirar de espontáneos, deben saber identificar su tipología para hacer un uso adecuado de esos recursos.) No te atormentes por tu reacción personal. Sin embargo, sí es cierto que la cultura "grupal", de "conciudadanía", se está esfumando. Diluyéndose entre McDonals y Terminators. Una y otra cosa son ciertas y complementarias: nuestra propia capacidad individual y nuestra educación como colectivo. Ambos factores estaban ahí, en ese momento, en todos los presentes.

    Yo tampoco me atormentaría Antonio, por una sencilla razón; estás razonando sobre un hecho instintivo, estás buscando una explicación a tu reacción. Eso significa que tienes conciencia y moral porque mucha gente habrá seguido su camino como si nada. Si te planteas el porqué has actuado así es porque normalmente tú no actúas así.
    Siempre he pensado que hay una gran diferencia entre instinto y premeditación. A veces, la mente se bloquea. Luego, unos borran el accidente de su mente y otros siguen dando vueltas al asunto y buscando una explicación e intentan visualizar una acción futura para mejorar.
    Estás en el segundo grupo, no siempre actuamos correctamente, pero en tu caso no es por maldad Antonio, es un fallo del instinto que ahora intentas mejorar.
    Todo en la vida ocurre por algo y a lo mejor te ha pasado esto para que en un futuro, ante una situación similar, reacciones de forma diferente y salves una vida. Ya sabes mi teoría del caos; un hecho puntual en un sistema puede afectar a su desarrollo. Si tu no hubieras presenciado esta escena quizás no podrás desarrollar una acción que te espera en el futuro.
    Tiempo al tiempo, recordarás esta entrada cualquier día, ya verás
    Un fuerte abrazo.

    Estoy con Yandros. No hay que relativizar el hecho pero tampoco amplificarlo.
    Nadie sabe como reaccionará ante un momento de tensión y no creo que haya que echarse la culpa a uno mismo de haber quedado paralizado.
    Redundo en las dos opiniones anteriores, pero es que realmente es lo único que sabría decirte. Además de otra cosa: ánimo. Deseo de corazón que todo saliera bien.
    un abrazo.

    Hay algo de lo que propones que es de cajón pero que los políticos complican sin necesidad:

    El hospital Comarcal de Valdeorras tiene como referencia la capital de la provincia de Ourense a unos 100 kms y hay muchos servicios que se podrían derivar a Ponferrada, a 60 kms. pero.... está en otra Comunidad Autónoma y.....

    Nunca se sabe cómo actuaríamos ante una situación así. No te machaques, no vale la pena. Seguro que si te vuelve a pasar, no durarás ni un minuto en marcar el 112. Al principio de lo que cuentas, entendí que el padre estaba golpeando a la hija, lo que me parecía más fuerte incluso de lo que ya es la situación en sí.
    Un beso enorme, y me alegro de que tengas trabajo otra vez ;)

    dificilmente nadie lo hubiera hecho otra cosa distinta
    lo normal es no reaccionar
    saludos

    La reacción va unida a la cercanía del incidente, ver directamente el accidente hace que nuestra reacción sea más rápida, ver el accidente ya ocurrido y con gente alrededor nuestro subconsciente piensa que seguramente hay gente más preparada entre los testigos que nosostros mismos.

    Lo más difícil es ser parte directa del accidente, ahí sí que podemos quedar bloqueados y no poder hacer nada, cada persona reaccionaría de una forma distinta.

    Un saludo muy cordial.

    Como dice Yandros, puede que sea cierto eso de que darle vueltas al asunto sea una buena idea. Además creo que escribiendo esta entrada he conseguido poneros a todos en una situación similar, eso si, en la imaginación. La próxima vez llamaré seguro, creo que más valen cincuenta llamadas que ninguna o una sola, aunque una sola también puede salvar una vida.

    Muchas gracias a todos por dejar vuestras opiniones. Un beso y un abrazo para todos.

    Dices que lamentablemente solo puedes pedir perdón a ese pobre padre, y no es lamentable que no pidas perdón a esa pobre niña victima del maltrato de su padre.
    Toni, no te perturbes, en estos casos creo que lo mas acertado es lo que hicieste, pero con una reacción más rápida, no se puede intervenir de otra manera, lo que es lamentable es que el 112 nº de EMERGENCIA, sea tan lento, y no usen literalmente la palabra EMERGENCIA, para actuar con rapidez.
    Es natural que estes descontento contigo mismo, pero ya sabes que en este pais no funciona bien ningun estamento.
    Como siempre un beso

    Gala, debo pedirte perdón porque parece que no expliqué muy bien el suceso. No es maltrato de padre, es que la niña parecía que se había atragantado y el padre no paraba de sacudirla cabeza abajo para que lo que fuera que le cortara la respiración saliera.

    Y bueno, al menos creo que podré actuar más rápido la próxima vez...

    Toni perdona tu, si me he pasado, pero he vuelto a leer el post, y no dices nada de que la niña estuviera atragantada, por eso interpreté un mal trato, estoy muy concienciada con este tema, y me jode mucho que todos los mamarrachos queden impunes y las mujeres, bajo tierra.
    En estos casos todos nos quedamos paralizados, y la capacidad de reacción se pierde.

    Muy bien Gala, ya sabes lo que pienso de estas cosas. Mejor estar concienciados que no que nos vengas las cosas de nuevas. Y esta, la del maltrato infantil, es una de esas cosas sobre las que más vale estar concienciado.

    Un beso.

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