Pocas situaciones hay en esta vida que sean capaces de sumirnos en los más profundos pensamientos, y que al mismo tiempo nos permitan observar en perspectiva todas y cada una de las decisiones que hemos ido adoptando a lo largo de ella. Por ejemplo quedarse en paro.

Uno se suma a la lista de desempleados y espera paciente a que le llegue la oportunidad de continuar oficio en otra empresa. Pero hete aquí, que cuando los días se consumen y esa llamada no llega, los pensamientos sobre tus propias decisiones y las consecuencias que han ido teniendo a lo largo de tu vida, se agolpan en tu cabeza absorbiendo absolutamente toda la compostura que te pudiera haber quedado. Ese es el caso normal, y por ende mi propia experiencia personal en la actualidad.

Llega un momento en el que uno ya debe desistir de buscar empleo en aquello que siempre trabajó. No porque no hayan ofertas, que haberlas hailas, sino porque nunca llega a tiempo para ser considerado por los interesados. Cuando el trabajo tarda en presentarse, lo que uno no puede hacer es desanimarse frente al televisor y dejar de patrullar los polígonos en busca de ese trabajo perdido. Vale más la pena salir y pensar, que si bien será difícil trabajar en lo de siempre, uno siempre puede reciclarse e intentar abrir una nueva etapa en su vida.

Y entonces es cuando a uno le llega la vejez prematura.

Uno se presenta en cualquier empresa, con un currículum lleno de buenas intenciones y experiencia más que demostrada, y se da de frente con la obviedad de que ahí no hay absolutamente ningún dato que pueda ofrecer al empresario algo más que la certeza de que en otros tiempos, su empresa, nunca hubiese sido objetivo de alguno de los currículums que ahora le llegan, ni siquiera del que servidor ofrece.

¿Pero cómo eliminar de tu currículum doce años laborales, sin que se note que has borrado la práctica totalidad y que aún así quede algo sustancioso sobre lo que asentar una imagen laboral del sujeto protagonista del mismo?

Pues no se puede. Uno no puede ir con un currículum lleno de empresas de transporte a una empresa que lo más cerca que ha visto los camiones es cuando pasan por la carretera de al lado, y esperar que lleguen a tener en consideración el mismo. Antes, y eso es lo normal y lo que yo mismo haría, prestarán más atención a aquellos que sí pueden tener en su interior datos que tengan algo que ver con la actividad que ellos realizan. Y en medio de esa vejez, uno comienza a juzgarse a sí mismo y su pasado.

Porque claro, queramos o no, parece que en esta sociedad, ésta la que la que se confunde la velocidad con el tocino, rozas la media treintena y es ya casi como si fueses un vejestorio. Vamos, que a los treinta y tres uno no puede aprender un oficio. Que eso es solo cosa de los jóvenes (como si servidor fuese ya un anciano).

O eso, o que ocurre lo que creo que en realidad pasa, que no te llaman porque creen que si te llega un trabajo de lo tuyo te irás pitando dejándolos en la estacada. No tiene porqué ocurrir, pero…¿quien de ustedes, en la situación de un empresario, se arriesgaría a ofrecer el aprendizaje de un oficio a quien no saben si se marchará ante la llegada de otra oferta laboral más centrada en la de su propio pasado? Pues eso, que hay que reconocer que algunos currículums solo valen para algunas empresas y no para todas.

Pero no es ésta entrada una queja, sino solo una cura de humildad y repaso del pasado de quien estas líneas escribe.

Uno recuerda su pasado, ese pasado entre patios de colegio y profesores en las escalinatas ordenando a los alumnos que se alinearan bien en fila para pasar lista, y ve todas y cada una de las decisiones que han ido condicionando su perspectiva laboral a lo largo de su vida.

No es que me arrepienta de ellas, es solo que veo que toda mi vida ha ido encaminada hacia este problema que ahora sufro, el de la precariedad laboral. Sí, es cierto que estudiando una carrera también estaría en el paro, pero olvidan ustedes que con una carrera mis expectativas laborales hubiesen sido sin duda alguna infinitamente mayores que así como estoy ahora, siendo un simple camionero.

Viene esta entrada a cuenta de intentar ofrecer a los actuales estudiantes de la ESO, una posible visión de su futuro no a corto plazo, sino a uno medio. Un plazo de unos veinte años vista.

Piensen ustedes señores estudiantes, que aunque en toda mi vida no me arrepiento de las decisiones que tomé, sí que debo reconocer que me hubiese ido mejor, si en vez de disfrutar en el parque de esos años de subvención parental que viví en la adolescencia, hubiese vivido esos mismos años estudiando una carrera. No que me hubiese centrado tercamente en trabajar de lo que estudié, sino haberme propuesto la acertada determinación de abonar un suelo que tal vez años después pudiese explotar.

Mis padres y junto a ellos todos los adultos que se han cruzado en mi vida desde la niñez, siempre me dijeron que en la juventud había que estudiar y que ya quedaría tiempo para buscarse las habichuelas en la madurez. Yo preferí ganarme las habichuelas demasiado joven y no acerté a vislumbrar el triste ocaso prematuro que el futuro me aguardaba.

Uno puede tener un oficio ya reconocido de muy joven sin haber estudiado, por ejemplo camionero, pero cuando la imposibilidad de trabajar en él se hace patente, los errores cometidos en la juventud adquieren la relevancia que nunca tuvieron y destacan sobre los aciertos de forma abultada e insultante.

Servidor siempre ha ganado dinero. Sí, tengo coche, tengo casa, tengo ordenadores y estoy casado…pero no tengo trabajo. Si hubiese estudiado en vez de trabajado, seguramente en estos momentos tendría coche, casa, ordenadores y también estaría casado.

Y eso se da por la sencilla razón de que el oficio que tengo lo adopté con veintiún años.

Si yo acabé la EGB a los quince (sí repetí un curso)…¿Qué hice hasta los veintiuno? Pues eso, vivir subsidiariamente de mis padres mientras trabajaba en lugares en los que no se esperaba mucho más de mi que movimientos repetitivos y mecánicos. Y lo malo es que yo pensaba que me estaba labrando un futuro, pero la realidad era que a los veintiuno ni tenía oficio ni se lo esperaba.

Pude haberme labrado uno estudiando, pero no lo hice. Y ese estudio que entonces me pareció innecesario me hubiese ayudado a salir del atolladero laboral en el que me encuentro, pero preferí hacerme hombre demasiado deprisa y eso me ha llevado a la vejez prematura en la que me encuentro.

Solo les doy un consejo, estudien.

Estudien lo que sea, pero tengan un oficio en papel antes de comenzar a trabajar. Luego trabajen en lo que les de la gana. Pero nunca olviden la lección que servidor a aprendido a base de ostias estos últimos meses:

…Antes que vivir de puta madre en la juventud, prefiero vivir de cine en la madurez. No tengan prisa por envejecer, la vida ya nos envejece bastante con los giros del destino que nos tiene guardados. Estudien, disfruten y prepárense para cuando la suerte no les sea favorable…

Y recuerden, este que les habla no es un vejestorio, solo un tipo que hoy se sintió lo suficientemente animado para dar un consejo a personas a las que tal vez nunca llegue a ver la cara, pero que lo expresa con la seguridad y la certeza que le dan la propia experiencia vivida.

Estudiar no es malo. Tampoco es una pérdida de tiempo. Es posible que sea la única forma de que no sean viejos con solo treinta y tres años.

Sin más me despido y les deseo la mayor de las suertes.

11 Comentarios:

    Te has sincerado amigo, pero la vida es así, se toman caminos y aunque el destino siempre es el mismo, estos caminos unas veces nos favorecen y otras nos dejan rotos.

    Pero no mires lo que pude hacer o ser, mira lo que eres y lo que vas a hacer, eso es lo más importante, al final se retoma siempre el camino hacia los destinos.

    Como siempre ánimo y esa poca de suerte que hace falta para encontrar un puesto de trabajo.

    Un abrazo.

    Si Senovilla, pero esta es una de esas lecciones que siempre se aprenden tarde, cuando ya no tienen solución dada la imposibilidad de viajar en el tiempo.

    Un saludo y gracias por los ánimos.

    No es mal consejo el que das, si la cosa está difícil para el que está preparado, imagínate para el que no lo está.

    Ya te digo Logio, ya te digo.

    Anónimo el 29 de enero de 2010, 0:56 dijo...  

    Pues si no estuvieras tan lejos te daba dos collejas. Así, por la confianza que la electrónica nos da.

    Santo cielo, que tienes 33 puñeteros años. Que eres un chiquillo. Que te quedan, con salud, al menos de 32 años laborables... o más si el actual Gobierno saca adelante la propuesta de ampliar la edad de jubilación.

    Es decir D. Antonio E. Zafra, le quedan a usted, insisto, salud por delante, casi tantos años laborables como años que ha vivido, incluidos esos primeros 21 subvencionados.

    Puedes, aún sacar 3 carreras si es de tu gusto. Crear 5 multinacionales del transporte, tener 16 hijos...

    Así que sí, definitivamente, si te tuviera cerca y por la confianza que nos da la electrónica, te daba dos collejas motivadoras.

    :)

    Un enorme abrazo de un motivado casi-cuarentón XD.

    jajaja Ángel que no lo has entendido, que yo me siento un chavalote de los de pueblo de verdad, el caso es que los empresarios no me ven con esa jovialidad, solo ven a un tipo echo y derecho que ya tiene un oficio de los de no hincar los codos y por tanto sin estudios.

    Que ahora si quiero estudiar tendré que trabajar el doble, que costará hacerlo mientras trabajo y sobre todo, iré veinte años detrás de esos chicos que ahora cursan la ESO.

    Y que si estudian ahora se podrán ahorrar el sacrificio que supone el darse cuenta de que esa lección que ignoraron en la adolescencia se la tengan que aprender en la madurez.

    Bien recibidas esas dos collejas, pero yo ya tengo a quien estudie por mi, mi esposa que acaba la carrera este año jajajajajajaj

    Anónimo el 30 de enero de 2010, 1:00 dijo...  

    Quita, quita Antonio... tú tienes lo mejor, la iniciativa y las ganas, si se da el caso. Esos "jovenzuelos" de la ESO lo tienen peor que tú, son la Generación NI-NI-ni ná de ná... ;D

    Te digo una cosa, cuando la mujer acasbe la carrera y si consiguiera colocarse en algún luguar que le diera un respaldo lo suficientemente fuerte, servidor se apuntará a lo de sacarse el bachillerato por las noches. Eso ni lo dudes amigo mío.

    Anónimo el 31 de enero de 2010, 1:48 dijo...  

    Antonio, te digo una cosa. Si te apuntas a sacar el bachillerato, yo me apunto a la UNED y me saco ya el diplomado de Informática, que con la FP ya no se va a ningún sitio en esta profesión XD

    Pues hagamos un pacto de sangre jejejejejeje

    Por cierto, dice Jovi que no me apunte al bachillerato, que haga algo de FP o que directamente haga la prueba de acceso para mayores de 25 y así me saque una carrera, que el Bachillerato por si solo no es ni vale para nada.

    Así que bueno, tendré que ir a prepararme para la prueba de acceso esa y creo que estudiaré periodismo jejejeje

    Dios mediante la mujer consiga encontrrar un puesto de trabajo,...

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