Si no lo recordáis bien, el pasado Viernes nos hicimos eco de un artículo aparecido en el nuevo blog corporativo de Microsoft, en el que sorprendentemente hacían referencia a los contenidos inapropiados en las Redes Sociales y los métodos que ellos utilizaban para intentar que éstos no aparecieran en la suya.

Bueno en realidad no utilizan ningún método, simplemente permiten que se suba cualquier contenido y esperan pacientemente a que los propios usuarios de su Red Social se detengan a denunciar un perfil pedófilo. Bueno eso si lo hacen, porque en caso contrario ese perfil pervivirá tranquilamente en una Red dedicada esencialmente a ofrecer servicio a menores a través del Messenger, que por defecto aparecerán en esa red y puede que sin siquiera saberlo acaben como amigos de un pederasta que se dedicará a intentar quedar con ellos o, como mal menor, a intentar que suban fotos propias en semidesnudez o desnudez completa.

Ellos mismos reconocen su inoperancia en el artículo y se defienden aduciendo que el problema radica en la cantidad de contenido que se sube simultáneamente a sus servidores y la imposibilidad de su control automático. Exactamente dan los datos en los que me basé para dilucidar cual era la importancia real de un post en el momento de su publicación en la blogosfera.

Bien, ese mismo Viernes, tras publicar mi post mantuve un pequeña conversación con el propio Héctor vía Twitter en la que dijo exactamente que si se notificaba el abuso en un perfil, éste sería revisado antes de tres días.

Como digo en el título del post, Héctor no ha cumplido ese, para él sencillo trámite, y los siete perfiles que denuncié se mantienen vivitos y coleando en su Red Social. No los enlazaré porque evidentemente estaría cometiendo un delito, pero os explicaré detenidamente donde radica exactamente el problema, e intentaremos comprender porqué lo que nos pide Héctor no es viable de ningún modo.

Comenzaremos con un sencillo perfil. Este que estoy enlazando que en teoría no contiene nada malo. El perfil de Diego.

Parece que Diego es un chico normal que no utiliza su Red Social más que para el Messenger, o al menos eso es lo que cabría suponer dada su escasa actividad añadiendo contenido en Live Spaces. Así las cosas, ese Diego podría ser cualquiera de vuestros hijos con su cuenta de Hotmail.

Mientras el niño no llegue a ver su perfil de Live Spaces seguramente no ocurrirá nada. Pero si por algún casual ese niño llega a ver ese perfil, se dará de bruces con la escalofriante cifra de 325 notas a cuenta de su foto del perfil, entre quienes habrá otros tantos 325 perfiles de personas, que no son exactamente unos menores, pidiendo al propio Diego más material pornográfico, adulando su pequeño pecho desnudo, e intentando quedar con él vía Messenger para chatear y lo que surja.

Pero esa sería una visión bastante optimista de ese perfil, ya que cabe la posibilidad de que el propio Diego ni siquiera sea ese de la foto, sino un enfermo que utiliza un imagen de un menor para poder acceder más fácilmente a la amistad con niños y así satisfacer sus propios deseos sexuales. Al final el lobo estaría escondido tras la piel de cordero. No digo que Diego no sea ese niño de la foto, solo digo que podría no ser el menor que esperamos que sea.

Siguiendo los perfiles de esas 325 notas veremos que hay de todo.

Sobre todo perfiles de usuarios adultos que hacen exactamente lo mismo en otros tantos perfiles de menores y que esperan así mismo una respuesta positiva de estos a la pregunta de ser agregados a su Red que les permita dejar notas y ver las fotografías de esos mismos perfiles.

De un vistazo y casi sin despeinarnos, a raíz de un solo perfil que aún no sabemos a ciencia cierta si es del menor que presta su fotografía, nos encontramos con un inmenso conglomerado de perfiles que se dejan comentarios los unos a los otros y que en manada buscan a menores que les ofrezcan el material necesario para su propia satisfacción sexual. De un solo perfil, no desde veinte o treinta, de uno solo.

Además, si nos detenemos a leer ese mismo Código de Conducta que tantos y tantos problemas nos trajo a los antiguos usuarios de Live Spaces, veremos que ni siquiera el Servicio Técnico se preocupa de dar solución al problema de la pornografía en su propia Red Social, aún cuando está expresamente prohibido tal contenido en ella. Ese código que antaño tantos y tantos blogs cerró tan solo por poner una imagen de Bart Simpson enseñando el culo.

  • Muestre desnudez de algún tipo, lo que incluye desnudez humana completa o parcial o desnudez de formas no humanas, como dibujos animados, arte fantástico o manga.
  • Promueva, defienda o muestre pornografía, obscenidad, vulgaridad, blasfemia, odio, fanatismo, racismo o violencia gratuita.

Eso dice exactamente ese mismo código. Ustedes tan solo deben seguir las notas de ese perfil enlazado anteriormente para sacar sus propias conclusiones.

Y aquí está el problema de tener que actuar conforme a lo que desea el Servicio Técnico de Live Spaces.

Nosotros, tan solo viendo un perfil, no podemos estar seguros de que quien se esconde realmente tras esa foto sea en realidad quien dice ser, pero tampoco lo contrario. No podemos adivinar cuales son las intenciones del administrador, como tampoco somos nosotros los guardianes de toda una Red Social como ésta.

No puede ser que el Propio Servicio Técnico de Live Spaces deje caer sobre los hombros de sus propios usuarios la carga que supone la responsabilidad de tener que convertirse en su propia policía. Es inaudito que un perfil pueda subsistir durante meses sin que nadie de Live Spaces haga nada para evitarlo y que aún encima se escuden en que las otras Redes Sociales tampoco lo hacen. Y tampoco es admisible que ante un perfil con éste mentado, se elimine únicamente el susodicho y se mantenga impoluto el resto de perfiles que aparecen en las notas y la Red del propio.

Será por lo caro que resultaría realizar ese trabajo de forma exquisita, será porque sencillamente no desean acabar del todo con su propio negocio, pero los perfiles ahí están.

Las Redes de pederastas y del porno explícito y natural convergen todas en un solo punto, Live Spaces.

Y de allí nadie sale mal parado sencillamente porque el Servicio Técnico y su propio Código de Conducta son tan solo nominativos. Conviven en esa Red Social nuestros hijos y los hijos de nuestros vecinos, con esos usuarios que buscan empalmados al niño del día sobre el que dejar obscenos comentarios y deseos de contacto.

Live Spaces muchas veces se limita a cerrar una red, que no el perfil, la galería de fotos, que no el perfil, o a borrar las notas, que no el perfil. Y cuando el caso es extremadamente duro ya sí que eliminan el perfil, pero con la salvedad de que ese usuario se limita a cambiar de nombre y abrirse una cuenta nueva con la que continuar sus paseos pedófilos por la Red.

No señor Héctor. No son los usuarios los responsables de la impolutez de su Red Social, sino ustedes mismos y la empresa que les paga. Proponer si quiera el que los usuarios deban ejercer a la vez de policías, es casi como si en una sociedad actual se volviera a tiempos ya pasados en los que cada vecino era el policía que vigilaba al vecino de al lado para defender a ese estado en el que vivía.

Live Spaces no es un lugar seguro para los menores. Y aunque esa ya era una conclusión que había echo mía hace tiempo, hoy la dejo aquí plasmada para que todos ustedes la lean y decidan si deben estar tranquilos mientras sus hijos chatean a través del Messenger.

3 Comentarios:

    No es segura para los menores, pero si para los mal****** de los pederastas.

    De verdad no me había detenido a mirar como todo lo que hacemos en el messenger se puede seguir por Live Spaces, todo. Si subimos una foto; si agregamos a fulano; si actualizamos cualquier cosa. Es terrible.

    Con el tiempo que hace que lo vamos diciendo Deybi...

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