ElMosquitero

Teniendo en cuenta el post con el que Ángel nos deleitó a todos el pasado Domingo que versaba sobre el éxito Social de las bitácoras y el modo en que éste se podría medir, y pasando por el comentario que según Ícaro dejó hace unos días en el aire un tal Matt Kelly, capo del área digital del grupo Mirror en el Reino Unido, en el que dejaba bien a las claras su predilección por las visitas que desde Twitter llegaban a su grupo en detrimento de las que el todopoderoso Google era capaz de servirles, ha llegado el momento de repensar seriamente el cómo escribimos, y para quienes exactamente lo hacemos, si entendemos, como creo que lo hacemos todos, que un usuario que nos llega desde una Red Social, tan apegada evolutivamente a los blogs como lo es twitter, es un lector potencialmente superior a lo que pueda representar otro que nos llega a nosotros a través de una recomendación propuesta por un robot informático.

La forma de llegada, lo que ella representa para el autor del blog, la capacidad de éste para poder recomendar directamente dicho artículo en su Time-Line particular, los enlaces que genera hacia nuestro sitio y el tráfico de calidad que esto representa para cualquier bitácora en particular, son motivos suficientes para hacernos cambiar el chip con el que tratamos de escribir nuestros posts en el blog.

Con una herramienta como lo es Twitter a la mano, otras parecidas como lo son Facebook o Tuenti, y otras tantas que se puedan utilizar para la comunicación directa entre usuarios al servicio de todos los lectores posibles como Delicious o Linkedin, vender nuestro trabajo únicamente a un buscador automático que no distingue de copia u original, es tan poco inteligente como lo fue en su momento negar la capacidad que tendría el universo 2.0 para modificar los hábitos y preferencias empresariales del cibermundo en particular.

Si hay una herramienta que hoy más que nunca sea necesaria para que un blog consiga un tráfico de lectores de calidad, que de seguro se empaparán de la lectura que el autor les ofrezca y que permita a dichos lectores compartir el susodicho en su Time-Line personal, ya sea con ‘retwits’, ‘me gustas’ y demás, esa es sin duda la que representan los botones de las Redes Sociales.

Eso sí, todo ello sin olvidar los clásicos posts en otras bitácoras que referencien la fuente que les aportó la información necesaria para finiquitar perfectamente sus artículos. Entre los primeros y los segundos, el tráfico que evitará para siempre que una bitácora que no lo merezca acabe en el ostracismo que representa el olvido blogueril, se diluirá sin remedio haciendo inútiles los castigos a los que el buscador de buscadores tenga a bien imponer sobre cualquiera que en un momento dado no sea de su agrado.

El boca a boca ahora se ha convertido en ‘retwits’ y ‘megustas’.

La voz del usuario desde hace un tiempo prevalece sobre la de quienes hasta ahora nos decían qué se podía y qué no se podía encontrar a través de ellos. La transparencia que parece que tanto se ha buscado para delimitar la calidad de las bitácoras, llegó con estas herramientas que tal vez fueron pensadas en primera instancia para liquidarnos, las Redes Sociales.

El Time-Line de todos los usuarios de estas redes, y el nuestro en particular con sus recomendaciones, son verdaderos termómetros capaces de indicarnos a todos en donde está de verdad la calidad y en donde solo la reverberación de un eco ya emitido anteriormente por otros.

Al final las herramientas que tenían que matar a los blogs fueron quienes los reavivaron y nosotros quienes devolvimos de nuevo la calidad a la blogosfera con cada ‘retwit’ y ‘megusta’. Ahora los Rankings ya no son todo lo fiables que debieran y las especulaciones que mediante ellos se hacen son solo agua pasada para una generación que ya ni los mira ni desea como antaño.

De ahí a finiquitar los concursos de popularidad en medios y redes hay un trecho, pero al menos nos quedará el consuelo de saber que el tráfico de visitas en la blogosfera cada vez es de mayor calidad y que difícil lo tendrán, quienes sea que desean su control totalitario, para arrebatárselo de las manos a quienes ahora son poseedores del mismo, los usuarios.

Pd: Bueno, también podría ser que compraran todas las Redes Sociales y las hicieran de pago…pero entonces, ¿de donde se conseguirían los datos personales que con tanto ahínco atesoran y tanto rédito monetario les representa en las cuentas de sus empresas?

De momento y si las cosas siguen así, nosotros y solo nosotros seremos los que seamos capaces de recomendar qué es valioso y qué otro no lo es en la Red. Al menos en el momento en que este post se escribe.