ElMosquitero

Si hubiera una frase que pudiera resumir en pocas palabras lo que muchos usuarios de Internet piensan sobre la pedofilia y pederastia, ésta que es la que pone título al post sería la que más puntos tendría para ser la elegida.

En sí misma, esta frase está sacada de un comentario que en Menéame se hace, al hilo de una noticia en la que se informa sobre la detención de un policía Sevillano que almacenaba en su ordenador personal unos sesenta mil archivos de pornografía infantil (en concreto es el #14).

Por si mismo este simple comentario no debería escandalizarnos más de lo necesario, en todo caso nos podría alarmar y obligarnos a contestar a semejante engendro social habitante de los submundos de la red. Pero es que ésta muestra viene acompañada de otra ocurrencia, esta vez hecha post de un diario digital de manos de un pseudoperiodista en particular que creo que fue un ganador del 20Blogs y que era taxista para más señas, que ni corto ni perezoso decidió enfundarse el mono de faena y escribir hace unos días un post marcadamente pro-pedófilo, en el que se cuestionaba si aquello de la edad propiamente dicha, era suficiente para decirnos si una niña era o no una mujer.

Un usuario defiende que si no se paga no se delinque.

Y un periodista, o engendro de ello mismo para no faltar a los verdaderos informantes, se tira al rio del cuestionamiento civil sobre la edad legal en la que una niña deja de serlo para convertirse en mujer.

Habría que poner en un brete a ambos dos habitantes de la red y someterlos a un test en el que fuesen sus hipotéticas hijas las que se vieran a merced de un tipo entrado en años que las deseara sexualmente.

Tal vez al primero no se le arrugaran las canas, y de golpe y porrazo, se lanzara cuchillo en mano para degollar al insensato que osó posar sus malévolos ojos en el cuerpecito de la querida niña, sin importarle que éste hubiere, o no, pagado para tener semejantes archivos pedófilos sobre su angelito.

Y tal vez al segundo no viera, con tan buenos ojos, el que un hombre hecho y derecho andara mirando obscenamente a su querida niñita de diecisiete años mientras tomara el sol en la playa. Tal vez a éste entonces sí le importara el detalle ese de la fecha de nacimiento.

No lo se señores. Yo cada vez tengo menos confianza en el ser humano. Y menos en el que tras un nick es capaz de decir semejantes barbaridades.