ElMosquitero

Hoy dada mi condición de parado, me he detenido a ver el debate que nuestros políticos mantenían esta mañana en el Congreso. Lo he seguido con atención. Entero. Sin perderme ni un solo detalle. Sabiendo que más tarde las tertulias que se generarían intentarían arrimar el ascua a su sardina. Lo he seguido con la convicción de que más tarde podría incluso recuperar los susodichos discursos para cerciorarme de que lo que había entendido era lo que en realidad ellos habían dicho.

Pero para que no digan ustedes que mi visión particular de los discursos y su resultado se habrá visto influenciado, ni siquiera mínimamente, por los debates y comentarios de las diferentes televisiones que lo retransmitían, me permitiré informarles de que este seguimiento lo he realizado en La 2. Única televisión que lo ha dado íntegramente sin interrupciones, ni de publicidad, ni de contertulios pagados por los diferentes partidos políticos.

Me ha sorprendido ver cómo desde las filas Socialistas se ha dicho una y otra vez que Mariano Rajoy no había hecho ninguna propuesta concreta para salir de la crisis.

Esto es lo que yo le he escuchado y lo que pone que ha dicho en su discurso:

• Que retire las subidas de impuestos que ha aprobado para este año referentes al ahorro y al valor añadido (IVA)
• Que que se ponga en marcha el proyecto acordado el otro día, con el apoyo del PSOE en el Congreso, referente a que no se exigirá el pago del IVA en las facturas hasta que éstas no estén cobradas.
• Que se acometa la reducción en 10 000 millones de Euros de gasto público que el gobierno se comprometió ha realizar, y del que aseguró que era capaz, empezando por la disminución en un 25% de los altos cargos que la misma Cámara del Congreso aprobó hace una semana.
• Que se modifique la Ley General de Estabilidad Presupuestaria (que se derogó en la pasada legislatura), para volver a establecer techos de gasto y límites de endeudamiento a todas las Administraciones Públicas, garantizándose así el cumplimiento del Programa de Austeridad.
• Que se apruebe una nueva Ley de Morosidad que obligue al pago de facturas en un plazo no superior a 60 días.

Y a partir de ahí ha solicitado un simple consenso entre los partidos sobre:

• Una reforma laboral que permita la creación de un nuevo tipo de contrato que impida que haya un 30% de trabajadores temporales cuya indemnización por despido es 0€.
• La restructuración del sistema financiero.
• Pensiones.
• Reforma educativa y del Sistema Energético.

Pero claro, para mi quien creo que ha dado justo en el clavo a cerca del verdadero problema que tenemos los Españoles de a pie es la Señora Rosa Diez, que ni corta ni perezosa ha comenzado de esta guisa su pequeño discurso:

Los datos que en esta mañana se han puesto sobre la mesa acreditan la magnitud del drama económico y social que vive nuestro país, en el que no insistiré. Pero les voy a dar otra mala noticia: la crisis que vive España no es sólo económica y social, tiene también un componente institucional, es una crisis política. ¿Cómo separar la crisis política e institucional del coste de un estado autonómico mal diseñado y de las ineficiencias de todo tipo que genera: falta de políticas comunes, descoordinación, duplicidades, solapamientos, ruptura del mercado interno, costes administrativos injustificados, deficitarias televisiones autonómicas, menor movilidad de las personas por las políticas lingüísticas…? ¿Puede un Gobierno que ha promovido activamente este despropósito liderar las fórmulas para corregirlo? ¿Puede hacerlo el principal partido de la oposición, coautor de esta situación y responsable en muchas de las instituciones que protagonizan el desmán?

Hoy se ha hablado mucho de Pactos. Pero en España ya existe un gran pacto entre los dos grandes partidos políticos llamados nacionales: un pacto para que no cambie nada. Se lo cuento:

• El PSOE y el PP han pactado una financiación autonómica que es una nueva vía de agua para España, pero que le garantiza a cada uno mantener su poder territorial.

• El PSOE y el PP han pactado no despolitizar ni profesionalizar los órganos de dirección de las Cajas de Ahorros, próximo gran quebradero de cabeza de nuestro sistema financiero, pero que garantiza a ambos su cuota de poder y su capacidad de veto.

• El PSOE y el PP se niegan a revisar los muros competenciales que impiden una verdadera reforma del modelo educativo: mientras haya diecisiete leyes educativas cualquier acuerdo será un mero placebo.

• Ni el PSOE ni el PP están dispuestos a revisar la ley electoral, una ley injusta que pervierte el sistema y garantiza a ambos la alternancia en el poder.

• Ni el PSOE ni el PP están dispuestos a abordar las profundas reformas legales necesarias para que la justicia sea eficaz e independiente. Ambos se sienten a gusto con un sistema que les permite designar magistrados afines y tratar de “manejar” alternativamente los órganos de Gobierno de los Jueces y/o los Altos Tribunales.

• Qué decir de la demostrada incapacidad para adoptar una política energética común. Obsérvese el espectáculo que estamos viviendo con los llamados cementerios nucleares y llegarán a la misma conclusión que yo: sálvese quien pueda.

Presidente, señorías: en España ya existe un pacto entre el PSOE y el PP. Como dije antes, no es un pacto de Estado; es un pacto de hierro, un pacto de intereses que debilita al Estado. Un pacto para no acometer ninguna de las grandes reformas que nuestro país necesita y que explican la gravedad de la crisis.

Y ahora díganme señores si es verdad o no que PP y UPyD sí han hecho algo más que refunfuñar, si de verdad creen como yo que han intentado ofrecer soluciones al resto de la Cámara del Congreso.

No se, es que tal vez servidor no sabe ya siquiera ni leer. Será eso…