ElMosquitero

El amigo Senovilla hizo ayer una reflexión en voz alta sobre las quejas en los blogs, y la utilidad de las mismas en la resolución de los problemas que las originan. O sea, para que nos entendamos a la primera, se preguntaba si las quejas servían de algo.

La respuesta a su pregunta es depende.

Depende, entre otras muchas cosas, de la cantidad de gente que lea tu blog. De que los lectores de tu Bitácora hagan de altavoz de tu queja en los suyos propios. De que tu grito salte al resto de la blogosfera y adquiera ese tono de viralidad que hace que una noticia o vídeo obtenga una relevancia inusitada en pocas horas. Depende de que tengas razón en tu queja. Depende, y seamos ya sinceros del todo, de que tu blog sea la biblia en verso o al menos, aparezca en todos los rankings posibles entre los primeros puestos, cosa reservada solo a algunos…

Como bien dice Senovilla, hay quejas y quejas.

Por ejemplo, te puedes quejar por un resfriado, como hizo él ayer, y lo puedes hacer también porque una noticia te pareció ofensiva por la cantidad de mentiras que se decían en ella. En si mismos, los dos posts son una simple queja de un tipo que tiene un blog, pero la realidad es que las dos buscan dos objetivos bastante diferentes.

Las quejas banales, y adjetivémoslas así no despreciativamente, si no para encasillarlas de forma que quede claro que lo que se persigue no es la mejora de nada en concreto, si no una búsqueda sencilla de la complicidad de los lectores del blog, serían las que estarían dirigidas casi exclusivamente hacia denuncias de hechos que para nada afectan al resto de personas salvo a su autor.

El ejemplo de Senovilla y su resfriado son extremadamente válidos no por el hecho de ser una gripe, si no porque no era la porcina. Si hubiera sido la porcina, la queja habría servido como aviso público de una infección, lo que habría proporcionado información a los lectores sobre algo que les preocupa a todos, y por tanto la queja, además de ser un desahogo para su autor, se hubiera convertido en una fuente fiable de información para los lectores.

Al limitarse la queja a una simple gripe normal y corriente, la queja no deja de ser una excusa para que los lectores deseen que Senovilla se mejore. Es verdad, la gripe no ha desaparecido, pero su queja le ha servido para encontrar la complicidad de algunos y recibir algún que otro ánimo en forma de comentario.

Al otro lado de la barrera se encuentran las quejas  que no son tan banales.

Por ejemplo pondremos la entrada de este blog de hace unos días sobre Marcelino y su blog, que Senovilla menciona en su entrada.

En este caso la queja no busca la complicidad a secas de los lectores del blog, si no que intenta denunciar una especie de abandono de una causa que se defiende insistentemente en este blog y que espera de la complicidad de sus lectores para que ésta llegue a más ojos de los que probablemente llegará solo desde aquí. En sí misma la queja no devolverá el blog a Marcelino ni cerrará ningún perfil de pederasta, pero al menos si que servirá para alertar a los demás de la existencia de estos.

Una entrada de un blog como este, nunca será suficiente para que la pederastia se acabe en las redes sociales.

Pero si además de esta entrada, se hicieran mil más al día desde distintos blogs con temáticas diferentes y ese ritmo se mantuviera durante unas semanas, el hecho mismo de la denuncia de esta situación llegaría a los blogs grandes, o sea, a los de las primeras posiciones de cualquier ranking, que son a los que los medios tradicionales hacen un poco de caso, y de ahí al salto a estos estaría cantado, como ocurrió con la protesta por la proliferación de los blogs pro-ana y pro-mía y La sexta.

Es verdad, la protesta en si no sirvió de nada, como bien nos dice Blueandtanit, pero no debe ser eso motivo para dejar de quejarse puesto que las quejas hacen que los que nos rodean se percaten de los problemas que los rodean.

En si mismos, los blogs no deberían ser solo un medio para expresar sentimientos a modo de diario, que es como muchos los tienen, si no medios de comunicación que intentaran aportar su granito de arena, para que entre todos, la información que nos llegara fuese real y exenta de posicionamientos preconcebidos, o sea, lo más neutral posible.

Eliminar de la ecuación de los blogs, el hecho de que son en realidad el único medio por el que podemos hacer visible nuestra opinión sobre las cosas que ocurren a nuestro alrededor, es sencillamente matarlos y convertirlos en un simple montón de escritos personales sin ningún interés para nadie salvo para su autor. Y eso amigo Senovilla no creo que sea lo que persigues con tu blog.

Por ello podríamos decir con la suficiente seguridad de que no nos equivocamos, que las quejas en los blogs son algo necesario, al menos si estos son de opinión.

Claro está que si nuestro blog tiene una temática diferente a la de la opinión, las denuncias serán menores y perderán importancia frente a otro tipo de contenido.

No todos los blogs son de opinión y por tanto no todos los blogs opinan sobre las cosas. Y eso nos lleva a la indudable seguridad de que, lo que debemos buscar, son blogs que cumplan con las necesidades que le pedimos a cada temática y por ejemplo, si elegimos blogs de humor, éstos sean del tipo que se trabajan las entradas para hacerlas diferentes de las de cualquiera. Que si elegimos blogs de entretenimiento, consigan estos hacer que nunca sepamos hacia donde nos llevarán en sus entradas y realmente nos entretengan. Que si son un blog de fotografía no sean de los que se limitan a colocarlas, si no que sean de los que nos cuentan la historia de esas mismas fotos. Y que si son de opinión, sean de los que vemos que aunque no compartamos la mayoría de veces su punto de vista, sepamos a ciencia cierta que sus conclusiones son suyas por meditadas, no por dirigidas por una ideología externa.

En fin, que cada blog cumple con su función de una forma diferente y no todos los blogs deben ser de opinión, pero si uno lo es de quejas deberemos tenerlo como si fuera de una temática como otra cualquiera, ya que con estos será con los que podamos hacernos una idea de lo que pasa al otro lado de la línea de la blogosfera, en la vida real, o al menos, en su vida real.