Escribe Manuel Rico en su blog que Zapatero tendrá un debe muy importante en su haber cuando se marche allá por Marzo de 2012; no haber podido democratizar los poderes judiciales, según él, secuestrados por una derecha rancia que los tiene dominados.

Debería saber el señor Rico, que el pecado original del Poder Judicial en España, no es el estar secuestrado por una derecha rancia y cavernaria nacida del Franquismo más anquilosado (eso siempre según él), sino tener que sufrir en silencio las injerencias de un poder político que utiliza su representación parlamentaria para sus tejemanejes propios y la designación de sus órganos de gobierno para arrastrarlos a su vera en particular.

Si quiere el señor Rico una justicia totalmente democrática, como yo la quiero, que apoye a la gente que como yo defiende que los políticos no tienen que tener, ni por un instante, el más mínimo poder de designación de vocales en ningún órgano de gobierno judicial. Que defienda como nosotros que el fiscal general del estado no dependa en nada del poder democráticamente establecido en las urnas, sino que dependa de sí mismo y que no sea elegido por el gobierno de turno.

La verdadera democratización del poder judicial en España pasa, irremediablemente, por una independencia total del poder legislativo y ejecutivo. Y eso nunca ocurrirá mientras los jueces y vocales sean elegidos para sus cargos en función de cotas electorales salidas de las urnas. Todo lo demás es pura demagogia. La suya, evidentemente.

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