Reproduce Fernando hoy en su blog un post en el que se redacta una especie de Código Ético para bloguers, creado hace ya casi siete años en Cyberjournalist.net, en el que se ponen negro sobre blanco algunas leyes básicas bajo las cuales todos los bloguers se deberían regir al estilo del Código Ético de los Periodistas.

En principio me gustaría que fuesen al blog de Fernando y se las leyeran. Después si lo desean vuelvan para seguir leyendo este post…

…venga no se retrasen, primero lean las leyes y después hablen de ellas…

…¿Ya han vuelto de leerlas? Bien continuemos.

Primero, ya les digo yo que el 90% de los lectores que estén leyendo estas líneas ahora mismo ni siquiera habrán intentado leer el post de Fernando pese a las reseñas que se le hacen al principio del post. Eso hace que los enlaces hacia las fuentes, aunque básicos y de buen hacer para todo bloguer, no sean reconocidos mayormente por los lectores. No hay que dejar nunca de enlazar a las fuentes, pero el problema no está en quienes no enlazan, sino en quienes nunca siguen los enlaces para completar la información.

Con esta sencilla prueba hemos tumbado la primera de las leyes que se proponen en ese Código, “no hacer plagio”. ¿Quien se va a enterar de que se ha incurrido en un plagio, si los propios lectores no son capaces ni siquiera de distinguir un enlace normal de un texto sin hipervínculo? Y por ende acabamos con la segunda ley, ¿para qué molestarse tanto en enlazar fuentes si solo el 90% de los lectores seguirán el enlace propuesto?

Una a una todas las leyes que se proponen en ese Código pueden ser tumbadas por los propios lectores de blogs y la mayoría de sus administradores. No por su mala fe, sino por su particular forma de ver los blogs.

Pedir que los bloguers no deben tergiversar, simplificar ni destacar incidentes fuera de su contexto, será contestado por el 90% de los bloguers con un “…en mi blog se pone lo que a mi me da la gana…”.

Distinguir entre promoción e información, cuando las Redes Sociales y los Agregadores de blogs son las partes más importantes de cualquier bitácora para algunos y pretender que otros dejen de incluir enlaces engañosos hacia lugares ajenos a lo que es el contexto del post leído es más que rizar el rizo, es iluso.

Pedir sensibilidad hacia los niños, cuando la propia blogosfera es incapaz de escribir un post al mes sobre la pederastia y la pedofilia en las Redes Sociales, y olvidar que la única razón por la que alguna vez muchos han hablado del problema de Live Spaces, es porque de una forma transversal han tenido la oportunidad de atacar al demonio Microsoft. Olvidar que esos mismos son los que después dicen que las cuentas denunciadas y no eliminadas son tan solo cebos para los verdaderos pederastas…

Pedir que se respete a las víctimas de desastres al recopilar imágenes de tragedias y no se olvide que en esas imágenes se plasma la vida de personas, cuando entre twitteos uno es capaz de llegar a vídeos como éste, creado tan solo para hacer ver que se puede observar una tragedia como la de Haití con una cámara de 360º.

Valorar el hecho de que haya algún bloguer capaz de reconocer un error, yo conozco pocos, y pedir que se haga y es más, se corrija el susodicho, cuando la mayor parte de las veces los bloguers eliminan los comentarios que los ponen a caer de un burro por una barbaridad dicha por ellos. Cuando pocos o ninguno son capaces de aceptar una crítica constructiva.

Pretender que los bloguers no sean influenciables, cuando la realidad es que más de uno se ha vendido por unos céntimos con sus post patrocinados. Que se olvide que de entre todos los posts de ese tipo que he leído, solo uno o dos dejaron mal a la empresa sobre la que hablaban…

Todas estas cosas son conductas que todos deberíamos asumir como básicas para poder relacionarnos entre nosotros, pero el problema no está en quienes las quieren poner en práctica, sino en esa inmensa mayoría de bloguers que solo tienen su blog para decir lo que les de la gana, que no reconocen trabajo ajeno alguno y lo copian en sus bitácoras para hacerlo pasar por propio sin ver en ello nada malo ni deleznable, e insultan, injurian e inventan como si por ello no estuvieran cometiendo delito alguno.

Cuando la justicia ponga la mano bajo la manta que constituye la blogosfera y arranque de raíz toda esa morralla que junto a nosotros ahora convive en este miniuniverso, podremos comenzar a poner en práctica ese código. De momento hoy todo él son palabras, simples palabras.

¿Que no crees eso?¿Fuiste a leer el post de Fernando cuando te lo pedí al principio del post, o lo has ido leyendo conforme lo iba referenciando?

3 Comentarios:

    Anónimo el 4 de febrero de 2010, 1:58 dijo...  

    En mi opinión, chiquitita y sin mayor trascendencia, después de leer a Tellado dos veces, comentarlo, y luego a ti... es que el asunto se reduce no a lo que los demás deben o no deben hacer o dejar de hacer, sino a lo que YO hago.

    :)

    Yo caresco de esa "ética blogueril". No sigo reglas para mi blog; si respeto las que otros tienen. Básicamente es como cada cual piense llevarlo.

    Exacto Angel, se trata de que nosotros, como lectores de un blog, no podemos pedirle que haga cosas que nosotros mismos no hacemos como lectores. Por ejemplo lo de los enlaces.

    Pedir enlaces de fuente cuando no los seguimos y enfadarnos cuando no se ofrecen...

    No se, muchas veces los propios bloguers hacen exactamente lo contrario a lo que predican en sus blogs...

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