Ayer por la noche el diario El Periódico de Cataluña adelantó su portada vía twitter de manos de su director Enric Hernandez. En ella aparece la tipificación de los delitos más comunes en Barcelona acompañados de una adjetivación cuestionable que relaciona cada delito de los que se detallan con el país de origen de quienes lo suelen cometer. En el subtítulo de la misma se puede leer claramente:
Los mossos y los informadores turísticos comparten en las Redes Sociales un catálogo de los delitos más habituales en la capital
La misma recibió incontables críticas por ello provocando que desde el periódico se decidiera hacer un sutil cambio final que da un espectacular giro en la intención de la información, que si bien al principio trataba sólo de dar a conocer los delitos, se convierte por arte de magia en una denuncia loable de los derechos de quienes allí aparecen etiquetados xenófobamente. Y para ello decidieron cambiar el subtítulo antes mencionado por este otro:
Los mossos y los informadores turísticos comparten en las Redes Sociales un catálogo de delitos plagado de expresiones xenófobas
Y ahora díganme señores ¿no es ésto tomar por idiotas a los lectores de un periódico? ¿Es esta la profesionalidad de la que hacen gala los que hoy en día se llaman a sí mismos periodistas profesionales? ¿Hasta qué punto con ejemplos como éste podemos estar seguros de la veracidad de las informaciones?

Cada día tengo menos fe en los periodistas y sus líneas editoriales. Ayer mismo Carlos Carnicero decía en su blog lo que todo el mundo sabía de antemano:

Los dirigentes y directores de la SER y el equipo de Rubalcaba están unidos por algo más que por los apoyos y complicidades mutuas. Lo comprobé el día que Rubalcaba y la mano que meció mi despido estuvieron conectados con una complicidad obscena.Están unidos por algo más que por una imposible victoria de Rubalcaba que facilitaría la solución económica a una PRISA ahogada por las deudas financieras. Uno y otros no tienen capacidad de transformación porque son inmovilistas en un mundo cambiante y no están dispuestos a renunciar a sus pretendidos monopolios de representación de la izquierda mediática y política. Su alianza no vale nada porque la crisis de audiencia y de publicidad está encadenada a la crisis de un PSOE que ha terminado su ciclo vital.
¿Qué más nos queda por decir?¿Qué más necesitamos?

Sobre la pista de esta información nos pusieron los chicos de 233Grados.

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