Habría que tener clara esta máxima que pongo como titular, dado que desde los medios de (des)información que nos rodean por doquier se tiende a banalizar unas veces la representatividad de unas Redes Sociales que otras veces, como ahora, son tomadas como voz salida directamente de un pueblo, que a decir verdad, nada o casi nada ha llegado a decir al respecto de lo que esté en ese momento en el debate cibernauta.

Un ejemplo claro y con el que coincido completamente a cerca de su nula capacidad de representación ciudadana es el que se refiere al #15m. Pues bien, ese movimiento nacido de las Redes Sociales (twitter en particular), no es para mi representativo de una ciudadanía que si se ha caracterizado por algo estos últimos meses ha sido por la indiferencia mostrada hacia el susodicho. Y si esa es una opinión que posiblemente pocos de los que leerán esto compartan, sí lo sería, compartida digo, por esos millones de ciudadanos que viven ajenos a Twitter y que sí se informan, votan y tienen opiniones propias a raíz de la lectura de periódicos, escucha de radios y visionados de televisiones.

No amigos lectores. Twitter no es la voz del pueblo del mismo modo que tampoco lo es el #15m. Más bien deberíamos comenzar a llamar a las cosas por su nombre y otorgarles la representación, no de un todo como se hoy se hace, sino de una parte considerable de una ciudadanía que por supuesto tiene muchas más aristas que las que esa red social es capaz de representar.

Piénsenlo amigos. Sus padres, sus tíos, sus abuelos, sus hermanos. Todos ellos son parte de esa ciudadanía que sólo sabe de twitter por medio de lo que ustedes les cuentan. Ellos también votan, debaten y tienen opiniones propias a cerca de lo que ocurre en el Congreso de los Diputados. Y ustedes, mis queridos amigos, se obcecan en ejercer de poseedores de una representatividad que nadie les dio, que nadie les pidió, pero sobre todo, que usurparon al amparo irresponsable de unos directores de periódico más interesados en agradarles a ustedes por su innata facilidad para propiciar la propagación vírica de la información, que por lo que ustedes llegaran o pudieran llegar a soñar en representar.

El pueblo está en las cafeterías, en los parques, en las colas del INEM, en los trabajos de cada cual. Ustedes sólo son una parte de esa ciudadanía que además pierde su tiempo sentada frente a un teclado junto al logo de un pajarito azul. Ni por asomo son todo el pueblo, sino sólo una parte de él.

0 Comentarios:

Publicar un comentario