Al enterarme de la noticia del acuerdo de las pensiones me ha dado bajón. Yo no es que viva en la inopia y no me de cuenta de los problemas que la economía padece en estos momentos, pero de ahí a exigir cuarenta años de trabajo ininterrumpido a cualquier persona hay un trecho bien largo.

Miren, en cualquier otra situación económica, de más bonanza por ejemplo, esta decisión hubiese podido llegar a tener hasta consenso ciudadano. Todo el mundo comprende estas cosas cuando se las explican y a nadie se le escapa que todos vivimos mas, ergo todos deberemos trabajar más para poder cobrar la pensión.

Pero el caso es que los poderes fácticos erran al imponer a la ciudadanía una ley como esa, siendo como es que la mayoría de los jóvenes (un cuarenta y tres y pico por ciento) están en el paro. Que la mayoría de éstos tienen estudios superiores. Que su máxima aspiración en estos momentos es acabar trabajando en un McDonalds a media jornada. Y que con esos factores la suma resultante no da para llegar a los sesenta y siete con esos treinta y ocho años y medio cotizados.

Denle las vueltas que quieran a la suma, sea como sea, los que hoy están acabando sus estudios, son carne de cañón para la precariedad laboral, la incerteza en su futuro y más que probables candidatos al cobro de una pensión que difícilmente será la de cotización máxima.

En fin, que me alegro de haber nacido en los setenta. Así al menos me pilla esto con un oficio y un trabajo que desempeñar. Ni imaginarme quiero lo que debe ser encontrarse con esto sin haber tenido la oportunidad de demostrar la valía. Aunque eso si es cierto, verlo lo veo. Mi mujer es Licenciada Química y de trabajo nada de nada…Y cuando digo nada es nada, con las cuatro letras.

Por una vez me alegro de no ser joven.

0 Comentarios:

Publicar un comentario