Una de las principales cosas que hay que evitar en lo posible cuando uno se acerca a las Redes Sociales y a Internet en general, es acometer acciones de las que más pronto que tarde te puedas arrepentir.

Por ejemplo, subir un vídeo en el que defiendes a Bieber de la forma menos recomendable; insultando a todo Dios. Borrarlo porque alguien muy cabrón descubre tu perfil en Tuenti, decide airearlo y tu semi-anonimato se va a la porra tan rápido como explosiva tu aparición en las Redes Sociales, a la vez que para colmo de tus desgracias, lo resube de nuevo para escarnio y alborozo cuchi pandero de quienes no tienen nada mejor que hacer que reírse de las desgracias ajenas, convirtiéndote así en la diana de decenas de vídeos cuya única finalidad es mantener viva la llama del insulto hacia tu persona. Y acabar cometiendo de nuevo el mismo error del principio, publicando un vídeo-respuesta que no hace más que echar gasolina sobre el fuego en el que irremediablemente y aunque tú te resistas a reconocerlo, te consumirás atónito mientras tu escasa y famélica reputación cibernauta naufraga en el océano de las Redes Sociales.

Una chica que sin quererlo nos ha dado una lección de lo que nunca hay que hacer en Internet y que pagará caro durante mucho tiempo.

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