Cuando hablamos de la influencia que puedan tener los bloguers o usuarios de las Redes Sociales respecto a sus correligionarios, no nos tenemos que olvidar nunca de exponer, con la mayor precisión posible, el contexto exacto en el que su supuesta influencia y capacidad para ejecutar una acción que desemboque en una reacción, se hacen realidad.

Un ejemplo claro son los sistemas de medición de encuestas, en este caso los sondeos de opinión. Cuanto mayor es el muestreo de esa encuesta mayor es su fiabilidad. Así, si sobre un muestreo de mil personas se deduce una opinión o preferencia, sobre otro de diez mil el resultado puede ser totalmente diferente y más seguro, al tiempo que puede ser igualmente distinto y mucho menos confiable sobre uno de cien.

Lo que quiero decir con ello es que en el caso de las mediciones de influencia que el otro día nos ofrecía Ángel en su blog a raíz de una conversación twittera con Ángeles Portillo (@zanguanga y Zanguanga.com), Adolfo Suárez(@cosechadel66 y Cosechadel66.es) y H.J. Rodríguez (@flyerLPA y Flyerlpa's Blog), deberíamos encontrarnos exactamente en el muestreo de cien usuarios en el que todas las conclusiones a las que se llegan son vagas y más cercanas a la teoría que a la plasmación plástica de una realidad blogosférica.

ombligo de la blogosferaEn el caso de los blogs la influencia es más complicada de verificar que en las redes sociales.

Tal vez por aquello de que los trackbacks (enlaces de retorno que avisan de las vinculaciones externas de los artículos publicados en cualquier bitácora), nunca llegaron a funcionar bien en todas las plataformas. Por ejemplo, es tan complicado que un trackback llegué de Blogger a Wordpress, como lo es que ese mismo viaje lo realice en sentido contrario.

Antaño, cuando Technoratti nos permitía seguirlos externamente a través de su web (actualmente ya pasan olímpicamente de los blogs que no sean Anglosajones), la cantidad de blogs que lo habían referenciado a uno (no la cantidad de posts referenciados, sino la cantidad de sitios únicos que lo hacían), daba un número más bien pequeño que se traducía en el lenguaje Technoratiano en algo así como la autoridad de ese blog en la blogosfera. Exactamente la misma autoridad que Ángel trataba de desentrañar en su post.

Por tanto, la influencia de un bloguer sobre el resto de la blogosfera no se traduciría tanto en la cantidad de enlaces entrantes que recibieran sus posts, sino más bien en la cantidad de personas diferentes que lo hicieran.

Sería algo así como la medición de las estadísticas de cualquier blog. Una cosa son las páginas impresas y otra muy distinta los visitantes únicos. Por ejemplo, si yo me pasara todo el día clicando sobre los enlaces interiores de cualquier bitácora de la blogosfera, ese blog tendría un pico de visitas en el día descomunal que se podía traducir en la equivocada convicción de que hoy lo habría leído mucha gente (páginas vistas). Sin embargo, cuando ese bloguer atendiera a las estadísticas y viera que la totalidad de sus visitas en el día habían venido desde una sola IP, comprendería que toda aquella cantidad descomunal de visitas se reduciría a la nada ya que en realidad sólo lo habría leído una persona (visitas únicas).

Y ahí es donde radica el problema de verdad en la medición de la influencia de los usuarios de las Redes Sociales y Blogs.

Cuando decimos que a un usuario el siguen en twitter otros tantos diez mil, nos olvidamos de contextualizar el dato de forma que se haga visible en nuestra mente de la forma más clara y concisa posible. Por ejemplo, alguien a quien siguen diez mil usuarios será miles de veces más influyente que yo, a quien solo siguen medio millar, pero la realidad no es esa, sino otra que siempre acabamos obviando y que nos deja a cada cual en su justo lugar; en una charla Evan Williams dijo que Twitter llegaría a los dos billones de usuarios únicos en el mundo.

En estos momentos Twitter supera los 1,8 millones de usuarios únicos a la semana (datos de Octubre), 190 millones de usuarios únicos mensuales y 65 millones de twits diarios (datos de Junio) y 149 millones de usuarios únicos en el mundo (datos de Septiembre) que se traducen en 3283 twits por segundo (datos de Junio).

¿Qué supone pues una audiencia de diez mil seguidores en twitter frente a estos datos ya seguramente desfasados? Pues lo que sencillamente representa es la constatación de que en realidad la influencia que nosotros tomamos como veraz y relevante de los usuarios que cohabitan a nuestro alrededor no es más que la fantasía de quienes evitan ver la realidad que les rodea.

Somos una mota de polvo en este mundo virtual y lo último que nos debería preocupar es saber cual es la influencia que cada uno de nosotros tiene sobre sus correligionarios. Hace unos cuantos años escribí un post en el que decía que la única vez que vi que un bloguer fuera capaz de modificar la conducta de alguien que no habitara con él en la blogosfera, fue cuando lo de la sopa de letras.

Sin nos empeñamos en clasificar a los usuarios por su influencia y los sometemos a su posicionamiento real en una fotografía de amplio espectro que haga visible en ella a toda la blogosfera o twitteresfera en la que ese individuo interactúa, acabaremos por llegar a la conclusión de que aquellos a los que llamamos grandes o líderes de opinión, sólo lo fueron en un minúsculo círculo de personas que además poco o nada pudieron hacer para cambiar las cosas.

Solo hay unos pocos blogs que tengan una audiencia que los haga capaces de modificar conductas fuera de la blogosfera. Y esos blogs son administrados por entidades, políticos y periodistas, que no deben esa capacidad precisamente a su audiencia sino más bien a su propia posición en la escala de mandos del mundo.

La capacidad de influencia de los blogs no está tanto en los números que la certifican, sino más bien en la identidad de las personas que las leen y administran. Y esa es la palmaria verdad que sentencia la discusión sobre el tema de la influencia en la blogosfera y las Redes Sociales. Al final todo se reduce a lo mismo de siempre, sólo si un director ejecutivo de una empresa administra una bitácora podrá adquirir ésta la categoría de influyente.

La blogosfera y las redes sociales deben ser vistas como una jaula de millones grillos. Y esa es la fotografía que hoy he intentado plasmaros a todos en el blog. ¿Qué representan ciento cincuenta retuits en medio de millones de tuits diferentes y al mismo tiempo?¿Y qué representa una audiencia diaria de diez mil visitas, cuando en el mundo se hacen otros tantos millones a otros blogs?

2 Comentarios:

    Anónimo el 7 de enero de 2011, 11:09 dijo...  

    ¡Magnífico! Pues cuando tú te pones a observar una idea y analizarla, lo haces de vicio. Quizás no haya que hablar de quién es influyente sino de quién nos influye a título personal.

    Y a la hora de medir, más que hablar de influencia deberíamos de hablar de capacidad de provocar eco entre tu audiencia. Y esto tampoco dependería del "tamaño" (aunque eso aumente la probabilidad) sino de la calidad.

    Aunque no sé si empieza a ser evidente, creo que cada vez se "premia" más el trabajo bien hecho, el artículo sesudo, aunque sea corto en extensión, al que al menos intenta aportar algo nuevo.

    Me gustaría creer al menos que es así.

    Antonio, como siempre, maestro, me quito el sombrero. (Por si te quedan dudas, conste que he leído y releído.)

    :D

    jajaja cómo eres. La verdad es que tras comentar en tu blog me quedé con las ganas de más pero me pareció que todo en un comentario estaría fuera de lugar así que me dije, pues a postearlo se ha dicho.

    Creo que tienes razón en cuanto a eso de la capacidad de cambiar algo en tu audiencia. Lo malo es que quienes utilizan esos palabros para posicionarse en gurúes o líderes de opinión ignoran a propósito lo que expongo en el post porque de otra manera sus escasos logros no serían más que motitas de polvo en una alfombra.

    Un saludo compañero jejeje

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