Escuchaba el otro día a una oyente de radio decir que las actuales CCAA eran como los señoritos de los años de Franco. Yo, que nací en plena transición, he de decir que si bien no soy partidario de éstas, no puedo compartir dicha opinión por la sencilla razón de que ni conocí a los señoritos, ni tampoco al Franco de los cojones ese que la izquierda tantos años tarda en dejar pasar a la historia.

Lo que sí me atrevo a decir es que eso de los traductores para el Senado, en plena crisis económica y tras haber recortado los sueldos de funcionarios y pensionistas, sí que es un dispendio que nuestros queridos y siempre desacertados políticos muy bien se podrían haber ahorrado.

Sería muy sencillo hacer la operación que nos diera como resultado el dinero que todos los Españoles nos podríamos ahorrar con la eliminación temporal de todas las CCAA en un solo año. En un año, no sólo saldríamos de la crisis, sino que también tendíamos superávit, pagaríamos mejores pensiones, tendíamos mejores permisos por maternidad y paternidad con sus correspondientes y mejoradas ayudas, pero sobre todas las cosas, a ninguno se nos tocaría el jornal y muy seguramente hasta se nos bajarían los impuestos de una forma radical. Sólo con retener en las arcas del estado el dinero que dedicamos a gestionar las CCAA, tendríamos superada la crisis de forma absolutamente convincente para los mercados.

Pero eso no es sencillo de hacer.

Primero tenemos el café para todos que ahora nadie quiere y a su lado los caciques a los que creo que se refería aquella mujer, que son los que se sientan en las poltronas autonómicas y que ni hartos de vino piensan dejar escapar la teta de la vaca a la que succionan sin parar, desde hace ya cuarenta lamentables y despilfarrados años.

Decían el otro día en no se qué lugar, que la monarquía en España era algo del siglo pasado y que era para muchos una imposición del franquismo, puesto que ellos nunca votaron si tener un rey o una república.

Pues bien, me gustaría votar eso a mi también.

Pero no nos deberíamos quedar sólo con esa pregunta. Por ejemplo, podríamos preguntar también si estamos de acuerdo con las CCAA históricas o no. Si queremos CCAA o simples regiones gobernadas por diputaciones. Si queremos un estado central, monárquico, republicano o federal.

Podríamos replantearnos toda la transición, ahora que ya no hay peligro para una guerra civil, como sostienen algunos que dicen aceptaron el café para todos de la transición porque era la solución menos mala. Puestos a preguntarnos cosas, deberíamos hacerlo con todas sus consecuencias, no limitándonos a preguntar sólo las cuestiones que nos interesan.

2 Comentarios:

    Anónimo el 18 de enero de 2011, 22:59 dijo...  

    Lo que planteas en las últimas suenas suena a referéndum. Pero esa palabra parece que estuviera prohibida en España. Sólo se han hecho cuatro a nivel estatal.

    @dayer yo digo es que en caso de replantearnos ciertas cosas, pasemos a replanteárnoslas todas. Yo tampoco voté esta Constitución, así que los que dicen que no quieren rey o que se acabe el café para todos porque ellos no lo votaron comprenderán perfectamente mi postura y aceptaran sin miramientos que yo también desee pronunciarme sobre el resto de las cosas.

    Y recuerda, si dicen que no es que lo que quieren de verdad es tener una dictadura a su gusto.

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